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4 consejos para llevarse bien en el trabajo con alguien que no soporta

Casi todos hemos tenido en nuestro trabajo a alguien que no nos gusta. Incluso, alguien a quien no soportamos.

¿Tú también tienes en tu trabajo a alguien a quien no soportas? (Foto Prensa Libre: Getty Images)

¿Tú también tienes en tu trabajo a alguien a quien no soportas? (Foto Prensa Libre: Getty Images)

Sí, esa persona que puede llegar a sacarle de sus casillas y que, sin importar lo que haga o diga, nunca la veremos con buenos ojos.

Pero lo cierto es que estar odiar a un compañero, solo hace el trabajo más difícil. Y además consume mucha energía.

Si esa es su situación actual con alguno de sus compañeros, o si le ha pasado y quiere evitar que ocurra de nuevo, aquí tiene los consejos de dos expertos que quizás le ayuden a llevar mejor la situación.

Con suerte, puede que incluso la jornada laboral se vuelva más placentera.

1. Enfréntese al problema

Alex Newton, experto en relaciones laborales de la consultora ACAS (Advisory, Conciliation and Arbitration Service) dice que muchas veces las personas que se llevan mal entre sí evitan hablarse directamente.

Esto, sostiene él, no nos ayuda en absoluto y, además, puede hacer que el ambiente se enrarezca todavía más.

Hombre y mujer en oficina conversando.
(Foto Prensa Libre: Getty Images)
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Puede no ser fácil, pero a veces la solución más rápida (y productiva) pasa por sentarte con esa persona y que hablen de sus diferencias.

“Hay gente capaz de desarrollar mecanismos que le ayudan a tolerar la presencia y convivencia con esa persona, pero raramente hace que la situación mejore y al final han pasado los años y sigues odiando a este compañero o compañera”.

La solución pasa, en muchas ocasiones, por echarle un poco de valentía, recomienda Newton.

Una conversación honesta con ese compañero que no te gusta puede solucionar el problema de un plumazo y a largo plazo”.

2. Examina cuál es su actitud

La manera de la que nosotros nos vemos a nosotros mismos no es necesariamente la misma que en la que nos ven otros.

“Mientras nosotros pensamos que somos encantadores otros pueden percibirnos como alguien muy intimidante”, explica la experta en desarrollo personal Jenny Bird para la BBC.

Así que antes de ver los defectos en otros, recomienda Bird, tenemos que pensar qué imagen le damos a los demás y qué podemos estar haciendo mal para generar un sentimiento de rechazo por su parte.

Hombre de traje con actitud arrogante.
(Foto Prensa Libre: Getty Images)
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Quizás no nos damos cuenta y la imagen que proyectamos es la de una persona arrogante, por eso nuestros compañeros pueden tratarnos diferente.

“Estos malentendidos nos llevan a que al final nadie entiende el comportamiento del otro y ninguno acaba por beneficiarse de las distintas habilidades y experiencias de la otra persona”.

3. Póngase en su piel

Aunque cueste, hemos de intentar también tener más empatía.

“Plantee preguntas y busque entender el punto de vista de la otra persona. Después, demuéstrale que entiende su postura resumiendo lo que le acaban de decir. Esa es una herramienta muy poderosa para llegar a acuerdos”, apunta Newton.

No se trata, asegura, de ceder siempre, sino de hacerle ver a la otra persona que ha entendido y valorado su punto de vista.

Dos mujeres hablando.
(Foto Prensa Libre: Getty Images)
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Escucha lo que la otra persona tiene para decir y hazle ver que valoras su opinión, mejorará la relación entre ambas.

“Muchas veces la gente intenta convencer a los demás de que adopten sus argumentos, pero si muestra que escucha y que está dispuesto a entender el suyo, tendrán una conversación mucho más fructífera”.

4. Sé realista y objetivo

Analice la situación con la cabeza fría y tome en cuenta aspectos importantes que le harán más fácil la convivencia con esa persona en el trabajo. Aquí una batería de factores que debe tomar en cuenta.

  • Probablemente, el rechazo mutuo no es personal.
  • La otra persona no tiene que caerle bien ni tienen que ser amigos, simplemente tienen que aprender a trabajar juntos.
  • Intente no caer en prejuicios y abra la puerta a ideas distintas a la suya y a otras formas de hacer las cosas.
  • Sea usted mismo, mantén una actitud abierta y honesta sobre sus puntos fuertes y lo que aporta al ambiente de trabajo.

“Si hace todo eso, no solo mitigará ese sentimiento de rechazo hacia la otra persona, sino que también puede enseñarle a trabajar mejor en equipo y al final puede que hasta valore trabajar con esa persona”, concluye Bird.

¿Dispuesto a intentarlo?

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