En doce estados existen granjas y criaderos con miles de ejemplares, sobre todo de la especie Moreletti.
BBC NEWS MUNDO
US$37 por un kilo de carne: el pujante negocio de criar cocodrilos en México
Hasta hace unos años era una actividad impensable para México. Pero ahora criar cocodrilos de pantano es una de las más prósperas agroindustrias del país.
Algunos de estos productores envían pieles al cotizado mercado de lujo internacional, especialmente empresas de Europa y Estados Unidos.
Otros promueven el consumo de la carne y aceite de cocodrilo, sobre todo en restaurantes y mercados de comida exótica.
Incluso las autoridades establecieron un programa para impulsar la actividad, sobre todo en los pantanos del Golfo de México.
La estrategia incluye fomentar la participación de las comunidades para que se comprometan a conservar la especie y su hábitat.
Y al mismo tiempo generar un beneficio económico, afirma Gabriela López Segurajáuregui, coordinadora de la autoridad científica en la Comisión Nacional para el Conocimiento y el Uso de la Biodiversidad (Conabio).
“Tratamos que el esquema comercial sea de reparto justo y de beneficio”, le explica a BBC Mundo.
Recuperación
En los años 70 el cocodrilo Moreletti, más conocido como de pantano, estuvo a punto de extinguirse en México.
La caza furtiva para aprovechar su piel y la destrucción de las zonas donde vivían redujo dramáticamente su población.
En 1973 el cocodrilo Moreletti fue incluido en la lista de especies amenazadas por el gobierno de Estados Unidos, donde existe el mayor mercado de piel del mundo.
Así, el gobierno mexicano estableció desde entonces una veda total para la especie, además de crear zonas de conservación y criaderos en algunos pantanos.
La estrategia funcionó. Actualmente existen más de 80.000 ejemplares del cocodrilo Moreletti, el más común en México, Belice y Guatemala.
Esta recuperación permitió reanudar su uso comercial a partir de 2010, aunque con algunas condiciones.
De hecho, sólo es permitida la venta de pieles y otros derivados que provengan de especímenes criados en cautiverio.
La comercialización ya se realizaba desde hace décadas, pero el levantamiento de las restricciones abrió la puerta a un nuevo negocio.
Exportaciones
Actualmente existen unas 25 granjas cocodrileras en estados como como Sinaloa, Nayarit, Jalisco, Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chiapas, en el Océano Pacífico.
La mayor producción, sin embargo, se concentra en las entidades del Golfo de México como Tamaulipas, Veracruz, Campeche, Tabasco, Yucatán y Quintana Roo.
Desde 2013 algunas empresas empezaron a exportar. El año pasado, por ejemplo, se enviaron 1.500 pieles al mercado europeo y estadunidense.
Sin embargo, del total de criaderos sólo ocho cuentan con el permiso oficial como Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre, UMA.
“Es la única vía legal para hacer aprovechamiento de recursos naturales”, dice Gabriela López.
Y son éstas, además, las únicas autorizadas para comercializar la piel del reptil, aunque eventualmente el resto puede vender otros derivados como carne y aceite.
Un Moreletti adulto puede pesar más de 250 kilos y medir unos tres metros.
Tesoro
Algunos le llaman “el nuevo tesoro” a la cría de cocodrilos, porque la relación costo-ganancia puede ser importante.
El kilo de carne del reptil en el mercado San Juan en Ciudad de México –famoso por la venta de comida exótica- cuesta 700 pesos en promedio, unos US$37.
Pero el mayor negocio está en lascompañías de moda más famosas. En el mercado internacional un centímetro cuadrado de piel de buena calidad se cotiza hasta en US$15.
Una par de botas elaboradas con la piel del reptil cuestan en México un promedio de 6,000 pesos, unos US$324.
Pero en el mercado internacional de lujo el escenario es distinto.
En mayo pasado, por ejemplo, durante una subasta en Hong Kong la marca Hermés vendió una bolsa de piel de cocodrilo con incrustación de diamantes en US$300,000.
Con este panorama el incentivo para formar parte del mercado es importante.
“Las granjas bien administradas, con buena infraestructura y personal capacitado son un negocio rentable”, dice Mari Paz López, de la empresa Caimanes y Cocodrilos de Chiapas.
Las comunidades
El programa de Conabio para promover la cría de cocodrilos se enfoca a las comunidades cercanas a pantanos y esteros.
La idea, explica la funcionaria, es que los campesinos extraigan huevos silvestres para incubarlos, y después vender las crías a las granjas.
Las comunidades también se comprometen a conservar el hábitat de los reptiles y también a monitorear constantemente la evolución de las poblaciones.
“Queremos que las comunidades obtengan una buena ganancia por la venta de las crías, y que las granjas tengan tener pieles de calidad para el mercado internacional”.
El programa se aplicará el año próximo en comunidades de Veracruz, Campeche y Quintana Roo.