“Trump ha dejado atrás un bien documentado registro de bancarrotas y de miles de demandas, y accionistas enojados y contratistas que se sienten engañados, y clientes decepcionados que se sienten robados”, dijo Bloomberg, ahora un independiente. “¿Trump dice que quiere manejar la nación como está manejando su negocio? Dios nos ampare”.
“La verdad sea dicha”, dijo Bloomberg, “lo más sustancioso de Donald Trump es su hipocresía”.
Bloomberg, quien fue alcalde durante tres períodos y dejó el cargo en 2013, consideró postularse a la presidencia por un tercer partido este año antes de optar por no realizar una campaña, debido a lo que dijo era su preocupación respecto a restarle votos a la nominada demócrata Hillary Clinton, y con ello ayudarle inadvertidamente a Trump.
Aunque Bloomberg dijo que Clinton “no es una candidata sin tacha”, elogió su ética de trabajo, inteligencia y su procuración de un bipartidismo que la hicieron “la elección correcta, y opción responsable, en esta elección”.
Para el futuro
“Para mí, esta elección no es una opción entre un demócrata y un republicano”, señaló Bloomberg, quien vestía una corbata color púrpura y exhortó a sus colegas independientes a unírsele en apoyo a Clinton. “Es una elección sobre quién es mejor para guiar a nuestro país en este momento, mejor para nuestra economía, mejor para nuestra seguridad, mejor para nuestra libertad, y mejor para nuestro futuro”.
Mientras fue alcalde, Bloomberg tuvo una relación cordial con Clinton, quien, como senadora de Nueva New York, estuvo involucrada en el esfuerzo de reconstrucción de la ciudad después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.
También la tuvo con Trump, a quien conocía del deslumbrante circuito social de Nueva York y de negociaciones con él como urbanizador.
Pero el inflexible enfoque de Trump en materia de inmigración hizo que se distanciara Bloomberg, quien con frecuencia argumenta que se requiere una política de inmigración abierta para mantener el crecimiento de la economía de la nación.
“Él dificultaría la competencia para las empresas pequeñas, haría gran daño a nuestra economía, amenazaría los ahorros para jubilación de millones de estadounidenses, conduciría a una mayor deuda y más desempleo, erosionaría nuestra influencia alrededor del mundo, y haría menos seguras nuestras comunidades”, enfatizó Bloomberg.