Actualmente, esos activos están valorados a la tasa oficial principal de 6.3 bolívares por dólar o a un segundo tipo de cambio de 12 bolívares. No obstante, las autoridades venezolanas permiten sólo un número limitado de negocios a esos cambios debido a la escasez de dólares en el país.
Algunas empresas, como el fabricante de pañales y productos de papel Kimberly-Clark Corp, recientemente asumieron grandes cargos tras valorar sus activos a un tercer tipo de cambio de 50 bolívares por dólar.
No obstante, esa parte del sistema ha sido reemplazada por una nueva tasa de libre flotación, que el viernes llegó a 174 bolívares. Eso coloca incluso a las empresas que comenzaron usar la tasa de 50 en una posición en que podrían tener que asumir un nuevo golpe. La modificación del sistema cambiario representa una devaluación efectiva de más de un 70%.
La decisión sobre el tipo de cambio es parte de los esfuerzos del presidente Nicolás Maduro para proteger las arcas del país de la Opep (Organización de Países Exportadores de Petróleo) en medio de una caída de los precios del petróleo, una inflación cercana al 64% y la escasez de muchos productos en las tiendas.