Se trata de un aumento progresivo que se inicia a partir del 1 de enero y que dependerá de cada tipo de vehículo.
El ministerio de Hacienda informó que espera un aumento de la recaudación anual equivalente a unos US$500 millones.
La industria automovilística ha sido una de las más beneficiadas en Brasil por incentivos fiscales tras la crisis de 2008, los cuales habían sido prorrogados hasta ahora para ayudar a impulsar la economía a través del consumo.
La Comisión Europea anunció la semana pasada que pidió a la Organización Mundial del Comercio organizar consultas con Brasil por “medidas fiscales discriminatorias” que fomentan la producción nacional brasileña y encarecen los productos de los exportadores europeos, particularmente en el sector de automóviles.
Brasil cerró 2012 con una venta récord de 3.8 millones de vehículos.