Precisamente, por la protección gubernamental, el sector automotriz gringo no percibió a tiempo los cambios en las necesidades del consumidor y fueron perdiendo mercado, privilegios o no. Tampoco quisieron los sindicatos automotrices discutir las rígidas leyes laborales que les daban prebendas por encima de los empleados automotrices en otros países. Y mientras los mercantilistas buscaban privilegios contra los autos japoneses, la competencia llegaba de otros países, sus ventas seguían cayendo, y Detroit, sede y símbolo del sector automotriz estadounidense, seguía en crisis.
Treinta años después, la industria automotriz estadounidense es un fantasma de lo que fue y la ciudad de Detroit se declaró en bancarrota el año pasado. México es ahora uno de los principales exportadores de autos a EE. UU.
Cuando recuerdo la historia de la industria automotriz de Detroit, pienso en Guatemala y los sectores bajo el decreto 29-89 —Ley de Maquilas—, ahora haciendo drama para que les mantengan sus privilegios fiscales con la iniciativa 4644, mal llamada Ley de Promoción de Inversiones y Empleo porque es “de privilegios para los de siempre”, diciendo que se “van” si tienen que pagar impuestos.
¿De verdad lo que los hace competitivos es no pagar impuestos? Si tan claros están que para que Guatemala sea más competitiva son los impuestos ¿Por qué no se quita el ISR a todos y no que sigan sin pagar un grupito como pretenden?
Y la competitividad de una empresa y su producto NO depende solo de los impuestos, sino depende de los costos, como son mano de obra, energía eléctrica —factor fuerte para la industria textil y que el gobierno anunció se espera baje el año próximo—, seguridad, transporte, etc.
Hay que analizar a detalle los factores clave de producción y competitividad de país y sectoriales, en forma seria, no partidista ni sectorial, ANTES de andar promoviendo privilegios fiscales para unos cuantos como la “fórmula mágica salvadora”. Por ejemplo, en el caso de productos agroindustriales, los factores clave para competir son tierra, agua y clima. ¿O van a irse a producir brócoli al cálido y populoso El Salvador? Y del textil – vestuario, la cercanía geográfica a EE. UU. y rapidez de entrega son clave también.
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