Aunque no adelantan pronósticos de precios a futuro, lo que sí hay es una recuperación en el primer semestre y todo dependerá de los resultados que brinde Brasil sobre el cierre de su cosecha.
¿Qué está pasando?
Juan Luis Barrios, presidente de la Asociación Nacional del Café (Anacafé), ve una mezcla de informes sobre la cosecha de Brasil que indican una posible baja que no se había visto en los últimos 20 años, y que ha tenido un efecto en la Bolsa en el contrato “C”.
Aunque hay un alza en el precio en lo que va del año, el directivo aseguró que no se han logrado alcanzar los costos de producción en Guatemala, sin embargo, lo ve como un factor positivo porque ayuda a enfrentar la crisis de precios.
Barrios comentó que en promedio hay un incremento entre US$0.25 a US$0.30 la libra, lo que ha subido en lo que va del año, aunque depende el precio que se está comparando.
El precio base –de US$1.25 y US$1.30– ha fluctuado hacia arriba y ya se superó la barrera de US$1.60 la libra en el mercado internacional, y desde el 2016 no se observaban esos valores, explicó el presidente de Anacafé.
En ese sentido, es cauto en decir que esto pueda implicar alguna repercusión en el consumo por el alza de precio a escala global. Como un valor promedio de la libra de café, Barrios sitúo la cotización en US$1.40.
Tendencia alcista
Sergio Mazariegos, coordinador de la Comisión de Cafés Diferenciados de la Asociación Guatemalteca de Exportadores (Agexport), explicó que hay una tendencia alcista y el quintal pasó de US$110 hasta los US$150. Se trata de una subida de US$40 por quintal, que es algo positivo para el país, pero coincide con Barrios en que aún no se alcanza para cubrir los costos de producción, y por esa razón varios productores buscan vender fuera de la Bolsa.
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Por esa razón muchos productores, organizaciones y empresas buscan comercializar con certificaciones de origen para poder garantizar que cumplen con normativas y se diferencia con un proceso de auditorías.
Explicó que Brasil, por ser el productor más grande del mundo que estaba llegando a una producción de alrededor de 50 millones de quintales, y al haber menos oferta la tendencia será al alza de precio, y por otro lado se percibe -a escala global- un mejor consumo que se fortaleció y eso podría incidir en los precios.
Al respecto, reiteró que se está esperando la publicación del informe del comportamiento de precios de materias primas que hace Estados Unidos, que marca la tendencia sobre el comportamiento de los commodities.
A futuro
Aunque ambos consultados no se arriesgan a brindar valores a futuro, coinciden en que los precios podrían estabilizarse.
Barrios lamentó que el productor siga (o continúe) recibiendo ingresos bajos, aún cuando se presentara un aumento en el precio de la taza, y citó como ejemplo que si hay una subida de US$0.25 el productor llega a recibir unos US$0.05.
Comentó que hay que esperar que se den a conocer los efectos de la sequía en los cultivos de Brasil, porque puede tener un efecto negativo en una o hasta dos cosechas.
Los análisis de Anacafé indican que, si la sequía es muy severa en un momento clave del desarrollo de la planta, entonces sí pueden tener un efecto de dos años, y puede haber una recuperación hasta en el segundo año, pero no a los niveles de otros ciclos.
¿Qué se recomienda?
Ante esta perspectiva de mejores precios, Mazariegos recomendó a los productores que es un buen momento para amarrar contratos futuros, tomando el precio base que el mercado dicta, más un diferencial por las certificaciones, por la calidad de producción.
En años anteriores, muchos productores no tomaban decisiones para colocar su producto, y muchas veces es porque no cuentan con una estructura de costos.
“No hay que esperar la sensación de que se podrá ganar más el próximo año esperando que mejoren los precios porque los valores pueden cambiar y otros factores pueden incidir ahora con el tema de la pandemia que mantiene una incertidumbre constante”, precisó.
Una fórmula ideal es fijar los precios, suscribir los contratos y dejarlos para despacho a mayo del próximo año, para quitarse esa presión de que podrá pasar en términos de precios, sugirió el director.
Exportación
Las divisas por exportaciones de café al 30 de junio suman US$578 millones y volumen despachado es de 3.2 millones de quintales, según Anacafé.
Los datos corresponden al año cafetalero 2020-21 -que empezó el 1 de octubre y finaliza el 30 de septiembre-.
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Está pendiente de que se despachen alrededor de un millón de quintales, con un pronóstico de exportación de 4.1 millones de quintales.
Por otro lado, en 2020, productores exportaron más de US$1 millón en venta de café tostado industrializado a clientes en el extranjero que se comercializaron por las plataformas digitales.
En Guatemala hay más de 125 mil productores y el café es uno de los cinco principales productos agrícolas de exportación.