Economía

Contrabando se mueve en la frontera entre España y África

Hassan Ibrahim, un discapacitado físico, se mantiene a duras penas de pie sobre sus debilitadas piernas mientras empuja dos grandes paquetes de mercancía cargados sobre su silla de ruedas camino de la frontera entre Ceuta y Marruecos.

MELILLA– Es uno de los miles de marroquíes, auténticas mulas humanas, que cada día cruza el límite entre los enclaves norteafricanos españoles de Ceuta y Melilla para comprar una mercancía que transporta luego a su país para revenderla.

A 400 km de Ceuta, en Melilla, Naima Fakhri, 46 años, es una madre de dos hijos que se torció un tobillo, pero aún así, carga con varias mantas de unos 20 kilos.

“Es una porquería. Algunas veces me pegan (la policía española) o no nos dejan salir” , dice, antes de añadir que “no hay otra cosa que esto”  para ganarse la vida.

Ibrahim y Fakhri forman parte del ejército de marroquíes que cada día se dedica a esta especie de contrabando tolerado a las puertas de Europa. La regla es que pueden pasar con todo lo que puedan cargar sin pagar tasas.

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