Más de 6,6 millones de personas presentaron la petición de ayudas tras haber perdido el trabajo en la semana que terminó el 28 de marzo, informó el Departamento de Trabajo estadounidense.
Eso es casi el doble de la semana anterior, 3,3 millones, que ya en sí era un récord.
Con estos números, el total de personas que solicitaron ayuda por desempleo en dos semanas a unos 10 millones de trabajadores.
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Este 2 de abril, el número de casos de covid-19 confirmados en Estados Unidos superaba los 216.000 y el número de fallecidos los 5.000, según datos de la Universidad Johns Hopkins.
La noticia, un indicador de lo profunda que es la crisis económica provocada por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2, coincide con la decisión de la Casa Blanca de extender las recomendaciones de distanciamiento social y límite de movimiento.
Analistas de Bank of America advirtieron que Estados Unidos podría ver “la recesión más profunda que jamás se haya registrado” y prevé que la tasa de desempleo pueda alcanzar en un momento más del 15%.
El pronóstico es un cambio radical para la economía más grande del mundo, donde la tasa de desempleo se sostenía alrededor del 3,5%.
Sin embargo, más del 80% de los estadounidenses están ahora bajo algún tipo de restricción a sus actividades, lo que ha obligado al cierre de la mayoría de las empresas.
Más de 3,3 millones de personas presentaron solicitudes por desempleo hace dos semanas, un gran salto desde el récord anterior de 695.000 de 1982.
Análisis de Michelle Fleury, corresponsal de negocios de Nueva York
Este es el mayor número de nuevas solicitudes de desempleo en la historia de Estados Unidos.
Pero lo que es tan aterrador no es solo la magnitud del número, sino también la velocidad con la que las empresas estadounidenses han despedido a los trabajadores.
Aproximadamente 10 millones de estadounidenses perdieron sus empleos en las últimas dos semanas. Para poner esto en contexto, se perdieron 9 millones en la crisis financiera de 2008.
Hubo varias razones para el aumento histórico de esta semana.
Más estados ordenaron a las empresas no esenciales cerrar para contener el virus. Según los economistas, una quinta parte de la fuerza laboral de EE.UU. se encuentra ahora en alguna forma de parálisis.
Y un paquete de ayuda gubernamental firmado la semana pasada amplió los beneficios de desempleo para ayudar a más personas, como contratistas y trabajadores independientes.
Algunos temen que el número real podría ser aún mayor, ya que muchas personas ni siquiera pudieron presentarse para solicitar ayuda.
Dado que estas son cifras semanales, los datos son lo más cercano que tenemos a la información en tiempo real y muestran cuán catastrófica es la pandemia para la economía estadounidense. Y todo apunta a un par de golpes más en los próximos meses.
“EE.UU. ya está en una profunda recesión”
La cifra más reciente fue peor de lo que muchos economistas habían temido.
“Este es un retrato del desastre… No se parece a nada que hayamos visto antes. Representa una cantidad increíble de dolor y sufrimiento”, dijo Heidi Shierholz, ex economista jefe del Departamento de Trabajo y ahora directiva del Instituto de Política Económica.
Los trabajadores de las áreas de servicios de hospedaje y alimentación fueron de los más golpeados por el desempleo esta semana, al igual que la anterior, dijo el Departamento de Trabajo.
Pero también muchos estados de EE.UU. reportaron “un impacto más amplio en todas las industrias”.
“Con este informe no debe haber ninguna duda de que Estados Unidos ya está en una profunda recesión y la economía mundial también lo estará“, tuiteó Mohamed A El Erian, asesor económico de la firma de servicios financieros Allianz.
Recientemente, Estados Unidos aprobó un paquete derescate de la economía de más de US$2 billones, que ofrece pagos directos para hogares, asistencia para empresas y mayores beneficios de desempleo.
También hizo que más personas fueran elegibles para recibir beneficios, incluidos los trabajadores cuyos empleos están suspendidos en lugar de recortados. Se especula que el gobierno puede proporcionar más alivio.
A diferencia de otros países como Reino Unido, Estados Unidos no ha implementado un programa que paga a las empresas para mantener a los trabajadores en la nómina, una de las razones por las que los números son tan drásticos, dice Shierholz.
“Hay un intento de hacerlo”, agrega Shierholz.
“Pero este concepto de mantener a los trabajadores en nómina en una recesión no está bien socializado en Estados Unidos. Simplemente no es cómo hemos hecho las cosas en el pasado”.