Toro Velásquez, quien asumió su cargo el 1 de julio último, reconoció que si bien el sector turístico colombiano ofrece muchas “ofertas y posibilidades”, la violencia ha frenado durante décadas al sector.
Por ello, indicó, el diálogo formal entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), que comenzó en noviembre del 2012 en Cuba, así como las negociaciones exploratorias con la segunda guerrilla, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), son un “factor clave” para “potenciar el turismo”.
“En los últimos años, el mejoramiento de la seguridad ha permitido que aumente el número de visitantes internacionales y que el turismo doméstico se dinamice”, explicó Toro Velásquez.
Pese a ello, reconoció que la gente aún tiene “aprehensión” de visitar el país porque internacionalmente sigue existiendo una “imagen de conflicto en el exterior”.
Colombia recibió en el 2013 más de 3.74 millones de viajeros internacionales después de que el sector creciera a un ritmo del 5.5 % en los últimos años y el reto es superar a finales del 2014 los cuatro millones de turistas.
Playas paradisiacas en el Caribe y el Pacífico, selvas y patrimonio cultural son algunos de los reclamos turísticos que convierten a Colombia en un destino ideal para explorar a través del turismo de ocio, naturaleza o negocios, afirmó el presidente de Cotelco.
Datos del sector
En el 2013 se invirtieron 682 mil 30 millones de pesos —US$366.9 millones— en la creación de seis mil 813 nuevos cupos hoteleros, mientras entraban en el país cadenas internacionales que elevaron el estándar nacional y mejoraron la calidad de los servicios.
Gustavo Toro reconoció, en este contexto, que uno de los motores de crecimiento fue el aumento de los viajes de negocios.
Bogotá, Medellín y Cartagena son los destinos turísticos “maduros” por excelencia, dijo el presidente de Cotelco, al remarcar que hay otros con alto potencial, como la paradisiaca zona del Pacífico, todavía muy aislados.
El ejecutivo indicó que uno de los retos es dotar de legalidad al sector, ya que hay problemas de “informalidad”, lo que, a su juicio, sigue minando la imagen del país a escala internacional más allá del propio conflicto armado.
