Los demás la pasarán gozando de distintas diversiones y viandas en sus propiedades situadas en los distintos destinos paradisíacos que tenemos y en la comodidad y confort que ofrece un lugar privado. Otros viajarán a disfrutar de momentos de diversión, solaz y esparcimiento en otros países.
En fin, todos buscaremos aprovechar estos días para pasarlos dedicados a celebrarlos según nuestras creencias, fervor, intereses, posibilidades y en los lugares que tenemos a nuestro alcance, para renovar fuerzas a fin de seguir en la lucha de alcanzar en los próximos ocho meses las metas y objetivos que nos hemos propuesto obtener este año.
No importa dónde pases con tu familia estos días de recogimiento y descanso, deberás apegarte a tus posibilidades económicas, pues al regresar el lunes después de la Semana Mayor tus finanzas tendrán que estar bajo control, sin sobresaltos y sin lamentarte que se te pasó la mano en tus gastos.
Especialmente si estos los cubriste con las tarjetas de crédito, pues ese dinero tendrás que venirlo a generar, con el esfuerzo de tu trabajo diario para podérselo pagar a los bancos o compañías que te lo dieron.
Te recomiendo planificar bien tus gastos de acuerdo con lo que cuentas. Sí podrás darte tus gustos, pero dentro de lo que estimaste gastar, buscando no extralimitarte para no comprometer tu paz y esfuerzo de trabajo el resto del año.
Recuerda que está bien gastar, pero no te lo gastes todo, pues lo que no te gastes será dinero tuyo y lo que te gastes será dinero de otro. Si puedes regresar un poco de lo que llevabas, cuanto mejor, para que así reinicies tus labores, pasado el descanso, sin sentirte mal y con desánimo, como lo estarán otros. Y el viernes a las tres de la tarde recuerda el sacrificio que hizo Aquel por el cual existe el descanso de esta semana y agradéceselo de todo corazón. Pásala en paz.