Economía

Declaran emergencia en el sector eléctrico por impacto del clima en la generación hídrica

Aunque en gran parte del país ya casi comenzó a llover como todos los años, el caudal en varias hidroeléctricas está en nivel mínimo, por lo que se activaron medidas emergentes.

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Chixoy es la hidroeléctrica más grande del país, sin embargo existen otras plantas estatales y privadas. (Foto, Prensa Libre: Hemeroteca PL).

Para garantizar el suministro eléctrico durante a las elecciones generales de este fin de semana, pero también debido a los bajos caudales para la generación hidroeléctrica, el Ministerio de Energía y Minas (MEM) declaró en situación de emergencia el Sistema Nacional Interconectado de electricidad durante tres semanas.

La disposición cobra vigencia a partir de hoy viernes 23 de junio, según el acuerdo ministerial 165-2023 publicado ayer en el Diario de Centroamérica. El plazo de tres semanas podrá prorrogarse si subsisten las condiciones que originan la declaratoria.

El documento detalla que se tomó en cuenta la información del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh) respecto a que las condiciones deficitarias de precipitación podrían continuar en los departamentos de Huehuetenango, Quiché, Alta Verapaz, Izabal, en los valles de oriente y el norte del altiplano central.

Los valores pronosticados de precipitación para esas áreas en los meses de junio, julio y agosto se encontrarán entre 10% y 20% por debajo de los niveles normales, como consecuencia del fenómeno de El Niño, lo que incidirá de forma significativa en la generación en hidroeléctricas.

La situación de la generación

A inicios de esta semana, el ministro de Energía y Minas, Alberto Pimentel, dijo que las cuencas de generación hidroeléctrica se encuentran en niveles mínimos, por lo que se tomarían las medidas adecuadas para asegurar el abastecimiento con combustibles fósiles, mientras que el Instituto Nacional de Electrificación (Inde) ha reservado agua en Chixoy para atender la demanda.

Luego se confirmó que los caudales acuíferos que reciben las hidroeléctricas a cargo de esa institución estaban muy bajos el 22 de junio recién pasado, en comparación con el mismo mes del año pasado: en Chixoy, la hidroeléctrica más grande del país, el nivel ha bajado 82.5% y solo está recibiendo 21 metros cúbicos por segundo; en Jurún Marinalá y Aguacapa, los caudales han disminuido entre 51.9% y 54%, respecto al mismo período.

Por lo tanto, la generación en esa instalación bajó 69%, mientras que su embalse está en 775 metros sobre el nivel del mar, (3.1% menos) que los 800 reportados en la misma fecha del año anterior.

“Para cuidar el nivel del embalse de Chixoy, se han programados los despachos de energía en función del caudal de entrada, para preservar el nivel del embalse”, indicó la entidad. Mientras que en Jurún Marinalá y Aguacapa se registra una generación con bajas de -61% y -66% respectivamente. El embalse de la primera está al mismo nivel que el año pasado, lo cual refleja que en el área central ha llovido más que en otras regiones del país; y la segunda no tiene embalse, sino que es de regulación diaria.

Jorge Álvarez, gerente del Administrador del Mercado Mayorita (AMM) indicó que respecto al promedio histórico de generación eléctrica del 2018 al 2022, en mayo del 2023 se generó 8% menos con hidroeléctricas. Mientras que para el período del 1 al 19 de junio, la baja es 52%. Esa disminución, se ha tenido que sustituir con recursos de generación más caros.

Del 1 al 19 de junio del 2022 las hidroeléctricas aportaron el 66% de la generación para cubrir la demanda, mientras que en el mismo plazo del 2023 representaron solo el 22%.

En tanto la generación con motores reciprocantes (biogás, bunker y syngas) pasó de aportar 1.25% en ese plazo del año pasado, a 9.14% este año. Las turbinas de vapor (que incluyen carbón, biomasa y petcoke -un subproducto derivado del proceso de refinación del petróleo-) pasaron de 14% a 48.8%. También el aporte de la importación subió levemente a 15% del total. Otros recursos como la energía solar, eólica, geotérmica y otras, se mantienen similares.

 

Qué permite la declaración de emergencia

Respecto a las medidas mencionadas, el ministro dijo que la declaratoria de emergencia brindará mayor flexibilidad operativa al sistema de electricidad para garantizar el servicio y atender las necesidades de la población.

El AMM, que es el operador del sistema, necesita alguna flexibilidad para poder disponer y dar instrucciones a agentes del sector que pueden generar y que tengan capacidad instalada en general, pero a partir de combustibles fósiles, además, la emergencia permitirá tomar las medidas adecuadas para que, sin importar el costo de generación, se pueda contar con generación para garantizar el suministro, dijo Pimentel.

La declaratoria de emergencia detalla las medidas extraordinarias:

  • Se faculta al AMM a tomar las medidas necesarias para garantizar el suministro y priorizar el abastecimiento de la demanda frente a la operación, al mínimo costo.
  • También limitar los horarios de mantenimiento para tener disponibles las generadoras que funcionan con recursos naturales y con combustibles.
  • Debe dar seguimiento al abastecimiento e inventarios de combustibles para las centrales generadoras térmicas y estimar los volúmenes que deberán ser adquiridos, pero también aplicar el criterio de minimizar el costo total de la operación.
  • Está facultado para restringir las exportaciones de energía, priorizando la disponibilidad para abastecer la demanda local; y puede autorizar la conexión temporal de generadoras a las instalaciones de distribución en lugares donde se tenga dificultad por inestabilidad y regulación de voltaje, lo que debe ser aprobado por las distribuidoras.
  • La Comisión Nacional de Energía Eléctrica (CNEE) debe fiscalizar todas las medidas adoptadas.

 

Alzas en precios y tarifas

La caída en la generación con agua y la necesidad de convocar a plantas con combustibles fósiles están reflejando un impacto en los precios.

En el caso del precio spot (compraventa de energía sin contrato) se mantuvo con alzas y bajas en el primer semestre: en enero y febrero el promedio se situaba entre US$76 y US$81 por megavatio, que refleja un alza de 3% a 7%, comparado con los mismos meses del año pasado. En marzo, el aumento más significativo fue de 18.3%, aunque en abril bajó 9%.

  • En mayo se reporta en monto similar al del año pasado, pero llegó a US$157 por megavatio; pero en junio ya se refleja un aumento de 82%, pasando de US$93 el año pasado, a US$171 en el lapso del 1 al 20 de junio.

Álvarez dijo que si bien no se da en forma directa, ese comportamiento podría tener un efecto en la tarifa al usuario final, debido al tipo de contrato que tienen las distribuidoras para proveerse de electricidad.

Y el ministro Pimentel confirmó que podría subir la tarifa que entrará en vigencia el 1 de agosto próximo, por motivos como los siguientes: el precio del búnker ya empezó a incrementarse y es un combustible que se usa en la industria y en la generación, “lo que se va se va a traducir muy probablemente en un incremento en la tarifa a partir de agosto que es cuando toca el nuevo pliego”.