El equipo ha analizado datos de mortalidad y suicidios entre el 2000 y el 2011 en 63 países del mundo, entre ellos varias economías occidentales, pero sin incluir países muy poblados, como China o India.
Este periodo estuvo marcado por una relativa prosperidad y luego por una fuerte inestabilidad económica provocada por la crisis financiera y bancaria del 2008.
En todo el período se registraron una media de 233 mil suicidios cada año en los países de referencia. De ellos, una quinta parte -unos 45 mil- pueden ser atribuidos al desempleo.
La crisis del 2008 tuvo, además, un impacto directo en el número de suicidios, con cerca de 5 mil.
Según los investigadores suizos, los hombres y las mujeres son igualmente vulnerables a los efectos del desempleo.
“El riesgo de suicidio parece más fuerte en los países donde es poco frecuente la falta de empleo”, asegura el principal autor del estudio, Carlos Nordt.