Stocker seguirá siendo miembro de la junta directiva de la empresa con sede en Tokio.
La compañía también anunció que, con motivo de la crisis desatada por los fallos detectados en los airbag de la empresa, durante los próximos cuatro meses el salario del presidente Takada se verá recortado en un 50 por ciento, mientras que Stocker y el resto de la junta percibirán respectivamente un 30 y un 20 por ciento menos.
La avería, que se localiza en el inflador de los airbag (que puede abrirse con demasiada fuerza y proyectar fragmentos de metal a los ocupantes del vehículo) , ha afectado a más de 20 millones de coches en todo el mundo que han sido llamados al taller para reemplazarles esta pieza defectuosa.
Según Takata, el fallo, que se cree podría haber provocado hasta cinco muertes en distintos países, se produce sólo en condiciones de elevada humedad, y en Estados Unidos (donde hay más de 10 millones de coches afectados) la empresa ha procedido a llamar a revisión a aquellos vehículos que se encuentran en zonas con estas condiciones.
Sin embargo, la Administración Nacional para la Seguridad en la Carretera (NHTSA) de EE.UU. duda de esta versión y ha exigido a la firma japonesa que amplíe su llamada a revisión.
A principios de diciembre, Takata se negó a ampliar la llamada a revisión, por lo que la NHTSA advirtió que podría imponer a la empresa una multa de 7.000 dólares por vehículo afectado por la rellamada, lo que supondría millones de dólares para el fabricante japonés.