En este contexto, en McKinsey decidimos realizar un estudio a nivel latinoamericano donde entrevistamos aproximadamente a 200 de las top startups en la región, concluyendo que las fuentes de financiación se han diversificado en cuestión de un año y que la adquisición de nuevos negocios es una estrategia que continúa siendo adoptada y promovida por miles de empresarios en todo el mundo.
El estudio reveló que, en el 2021, 10 de los top inversionistas fueron los responsables del 40% de los acuerdos financiados, mientras que en el siguiente año solo el 24%. Esto se debe a que inversionistas locales están adquiriendo más experiencia y apostando por invertir en emprendimientos con un futuro prometedor. Además, se han visto más de 150 nuevos fondos de capital de riesgo en Latinoamérica que han mostrado interés por tener un envolvimiento más cercano con las startups y con mejores términos de negociación.
En cuanto a la financiación, la buena noticia es que el panorama para los emprendedores es positivo, ya que hemos visto más de 150 nuevos fondos de capital de riesgo en Latinoamérica que han mostrado interés por tener un envolvimiento más cercano con las startups y con mejores términos de negociación. Por otro lado, el estudio señala un tema que ya he mencionado en otras ocasiones que es la importancia de apostar por nuevos negocios, ya que aquellas empresas que se atreven tienden a crecer más rápido, tanto a nivel local como internacional.
Además, descubrimos que el crecimiento y desarrollo del producto son prioritarios para alcanzar el éxito en su empresa, seguido por la reducción de costos y el financiamiento de esta. También se destaca la importancia de la adquisición de nuevos clientes y la estrategia de marketing en línea, como clics pagados en redes sociales.
Una de las mayores preguntas que las empresas se hacen en la actualidad es cómo balancear el crecimiento con la rentabilidad y esto lo quiero responder con algunos datos que encontramos en el estudio. Las startups latinoamericanas tardan alrededor de un año para pasar de la etapa de lanzamiento a la de monetización, lo que es un tiempo relativamente corto, sin embargo, donde el camino se complica es en alcanzar ese punto de equilibrio que puede tardar hasta más de dos años.
Durante ese tiempo, encontramos que las empresas con mayor éxito son aquellas que eligieron correctamente en qué áreas enfocar sus esfuerzos para eficientizar los procesos internos y alcanzar ese balance. Es decir, las que más resaltaron, no tanto por su desarrollo como tal, sino por su balance fueron aquellas que aseguraron que además de buscar crecer rápidamente monitorean de cerca sus aspiraciones de rentabilidad.
Por lo que, tener un sistema de monitoreo que proporcione data valiosa para entender cómo mantener esa estabilidad en el mercado es la clave para que el negocio no muera al poco tiempo de su lanzamiento. Un ejemplo, es que aquellas empresas que tienen una alta productividad en su proceso de ingeniería se enfocan en 4 palancas para equilibrar su rentabilidad y eficiencia, las cuales son reducir costos fijos, aumentar precios, optimizar la eficiencia de la fuerza laboral y aumentar la utilización de los activos.
Finalmente, es esencial tener un equipo talentoso y motivado que pueda ayudar a impulsar la empresa hacia el éxito. Es importante que los líderes sepan cómo construir y mantener una cultura corporativa saludable y positiva que fomente la colaboración, la innovación y la creatividad.
En resumen, este auge en Latinoamérica es una gran oportunidad para el desarrollo y crecimiento de la región gracias a la diversificación de las fuentes de financiamiento y la apuesta de los inversionistas locales por emprendimientos prometedores. Por ello, es fundamental que las empresas sepan balancear el crecimiento con la rentabilidad para asegurar un lanzamiento exitoso y mantener el negocio a lo largo del tiempo. En general, creo que este estudio es una excelente herramienta para que las empresas latinoamericanas sepan dónde enfocar sus esfuerzos y logren un desarrollo sostenible a largo plazo.
Santiago Carbonell es socio y office manager de McKinsey Guatemala.