Según la AIE, tras haber tocado techo en el primer trimestre del año, en parte por las temperaturas inusualmente bajas del invierno europeo, la demanda global de petróleo se ralentizará en 2016, a pesar del fuerte aumento del consumo de crudo previsto en los países de Asia en vías de industrialización.
La agencia estima que la demanda caiga el año próximo hasta los 1.2 millones de barriles diarios en todo el mundo, frente a los 1.4 millones de este año, con un pico de 1.8 millones de barriles en el primer trimestre de 2015.
Mientras tanto, los inversores continuaron mirando a Grecia y a las negociaciones nucleares con Irán, en las que el pesimismo ayuda a los precios del petróleo en EE.UU., pues un retraso en la solución podría alejar el levantamiento de las sanciones a Teherán y, por tanto, seguir limitando sus ventas de crudo.
En el conjunto de la semana, el WTI perdió más de un 7 % afectado precisamente por la incertidumbre griega y la posibilidad de que Irán recupere cuota de mercado, bajada que se registró principalmente durante la jornada del lunes.
El pasado jueves -el viernes fue festivo en EE.UU.- el barril se cotizaba a US$56.93 hoy.
Por su parte, los contratos de gasolina para entrega en agosto bajaron hoy 3 centavos y cerraron en US$2.02 dólares el galón, mientras que los de gasóleo para calefacción para entrega en el mismo se mantuvieron casi sin cambio, en US$1.74 el galón.
Finalmente, los contratos de gas natural para entrega en agosto subieron 4 centavos y cerraron en US$2.77 por cada mil pies cúbicos.