Destacó que en cada viaje al mar se invierten Q800, entre combustible y pago de pescadores, pero solo se encuentran especies comunes de peces como bagre y tacazonte, en pequeñas cantidad, lo cual no permite recuperar lo invertido.
Irene Carpio, propietaria de varias lanchas, resaltó que hace algunos años en una salida al mar capturaban 20 quintales de pescado, mariscos y moluscos, pero ahora lo más que logran atrapar son cinco quintales de producto en cuatro días que dura la salida, y cada una implica Q3 mil en gastos.
Pescadores del área creen que las corrientes marinas, calientes y frías, han causado que los cardúmenes abandonen el área.
Martín Sánchez, técnico en esteros, cree que las especies se ven afectadas porque ya no fluye el agua dulce de los ríos que desembocan en el océano, debido a que se utiliza para riego en plantaciones de la costa.
También consideró que el cambio climático ha alterado la temperatura de las corrientes marinas, lo que obliga a las especies a migrar a otras área del océano Pacífico.