La Organización Mundial del Comercio viene realizando una lucha en contra del proteccionismo, debido a que el objetivo de las medidas proteccionistas, de proteger los productos nacionales frente a los extranjeros, son opuestas al concepto de una economía de libre comercio, con reglas claras y de libre competencia. La historia ha demostrado en el pasado que estas medidas proteccionistas no han logrado alcanzar el objetivo de generar el progreso económico suficiente para la reducción sustancial de la pobreza.
Lo que se observa en el futuro cercano es preocupante y puede interpretarse como un retroceso al pasado, con rumores de desmantelamiento de acuerdos comerciales ya en vigor y la no conclusión de acuerdos importantes a punto de ser ratificados, principalmente en el caso de Norteamérica, del área de Asia y del Pacífico.
En el frente multilateral, desde la preparación de la Décima Conferencia Ministerial de la OMC en Nairobi, el año pasado, un grupo de miembros con mayor participación en el comercio manifestaron que, debido a que las negociaciones de la primera Ronda de Negociaciones de la OMC, la Ronda Doha, no lograba avances significativos, no estaban dispuestos a continuar con el programa de Doha, esto con el manifiesto desagrado de la mayoría de los países en desarrollo, liderados, sobre todo, por parte de algunos de los miembros del grupo llamado BRICS.
Las señales para el futuro inmediato no son muy halagüeñas, la OMC rebajó sus previsiones de crecimiento del comercio mundial para el 2016 de 2.8% a 1.7%, el ritmo más lento de crecimiento comercial desde la crisis financiera.
La tasa de nuevas restricciones comerciales introducidas por los miembros del G20, aunque permanece estable, no refleja un cambio a la baja en la tendencia desde el 2009, cuando la OMC inició el monitoreo de esas restricciones.
Por el momento, en el seno de la Organización se discute cómo continuar con las negociaciones y los temas que se estarían tratando de acordar en la próxima Conferencia Ministerial de Buenos Aires. Los temas de negociación que parecieran lograr el consenso de la membresía son, entre otros: el comercio electrónico, las subvenciones perjudiciales a la pesca, la regulación doméstica de servicios, la facilitación del comercio en servicios, el papel que las pequeñas y medianas empresas pueden desempeñar en el plano multilateral, los apoyos internos en agricultura, incluyendo algodón, un nuevo mecanismo de salvaguardia agrícola para países en desarrollo, así como una solución permanente de las existencias públicas con fines de seguridad alimentaria.
Lo cierto es que aún no se sabe exactamente cuáles y cómo se van a llevar a cabo las negociaciones multilaterales a partir del año entrante, lo más probable es que la mayoría de temas al final concluyan de forma plurilateral dentro de la OMC, similar al Acuerdo de la Tecnología de la Información, con una aplicación del trato de nación más favorecida, o sea que se aplica a todos los miembros de la Organización, ya sea que formen parte del Acuerdo o no.
Ante las inciertas perspectivas, el director general de la OMC se ha manifestado optimista, al afirmar que los miembros están examinando diferentes propuestas en las cuales se puedan obtener resultados positivos, por lo que sí existen esperanzas de lograr una exitosa Conferencia Ministerial en Buenos Aires a finales del 2017.