El gran tamaño del pesado vehículo y su excesivo consumo de gasolina ha llevado a los usuarios a comprar marcas competidoras del extranjero. Un 80% de los automóviles que se venden en la India son vehículos compactos que pueden ser maniobrados en las ciudades atestadas de gente y que acomoda a la creciente clase media que desea ser propietaria de vehículos baratos.
La empresa comenzó a fabricar el Ambassador en 1948, emulando el modelo británico del Morris Oxford III. El año pasado se vendieron 2 mil 214 vehículos, un reflejo de una profunda declinación del nivel de producción de la década de 1980, de 24 mil vehículos al año.
El Ambassador, que era conocido como la gran dama de los caminos de la India cubiertos de baches y escaso pavimento, ha mantenido sus características por más de cinco décadas en que ha servido para trasladar a la élite, que ha incluido primeros ministros y celebridades. Evoca una era cuando la política de la India de ser económicamente autosuficiente significaba producir sus automóviles a nivel nacional.
Su protuberante chasis y flexibles asientos traseros son la delicia de los turistas y otros pasajeros nostálgicos, aunque muchos en la India rural ven los blancos Ambassadors como el vehículo obligado del oficialismo.
Hindustan Motors, que hasta septiembre había acumulado mayores pérdidas que el monto de sus bienes, dijo que su planta de Uttarpara, en las afueras de Calcuta, en el este del país, padecía de baja productividad, creciente indisciplina, escasez de fondos y falta de demanda para el Ambassador.
Anunció la suspensión indefinida de su producción, que incluye dejar de pagar salarios a 2.500 trabajadores, en un aviso pegado en las puertas de la fábrica el sábado por la noche.