Economía

Finanzas personales y del hogar

La importancia del dominio propio, (Parte III)

La indulgencia nos hace aflojar a la hora de tener que sacar adelante

una tarea o un proyecto. Ella nos evita ser perseverantes y responsables.

La indulgencia es la que hace que hagamos concesiones a la hora de comprar para que nos salgamos del presupuesto adquiriendo más de lo que disponemos y metiéndonos a deudas que nos traen serios problemas financieros con consecuencias graves.

La indulgencia es la causante de que comencemos las cosas mañana en lugar de comenzarlas hoy. Por ella postergamos o retrasamos la ejecución de lo que hemos planificado hacer.

Así como la indulgencia es la peor enemiga de una buena administración, así el dominio de sí mismos es el ingrediente indispensable del orden, el control y el buen manejo de los asuntos en una buena administración.

Se necesita tener dominio o control de sí mismo para exigirse y poder evitar gastar todo el dinero o ir a pagar lo que debemos en lugar de no ir.

El dominio propio nos permite sentarnos a hacer cuentas en lugar de ver televisión o irnos de paseo.

Es terminar lo que comenzamos, en lugar de no hacerlo, o bien, comprar sólo lo presupuestado en lugar de ceder impulsivamente a nuestros deseos y gustos.

Tener control quiere decir que no cederemos ante la presión de la publicidad de consumo a la hora de comprar.

Que anotaremos nuestros gastos en lugar de no hacerlo. Que seremos pacientes hasta terminar algo en lugar de dejarlo a medias por impacientes.

Finalmente, es ser diligentes en hacer las cosas ahora en lugar de hacerlas después.

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