En el conjunto de los 161 países evaluados por Forbes,
- Chile ocupa el puesto 33
- Costa Rica el 48
- México el 54
- Uruguay el 58
- Perú el 64
- Colombia el 67
- Brasil el 73
- Argentina el 76
- República Dominicana el 91
- Guatemala el 97
- Ecuador el 99
- Paraguay el 114
- Honduras el 120
- Bolivia el 128
- Nicaragua el 135
Forbes destaca que Chile es un país caracterizado por un alto nivel de comercio exterior y una reputación de instituciones financieras sólidas, así como una política consistente que le ha otorgado la calificación de bonos soberanos más sólida de Suramérica.
Las exportaciones de bienes y servicios de Chile representan aproximadamente, según Forbes, un tercio de su Producto Interior Bruto (PIB) y los productos básicos el 60% del total de las exportaciones. El cobre es la principal exportación de Chile y proporciona el 20% de los ingresos del Gobierno.
Sus principales datos macroeconómicos son un PIB de 277 billones de dólares a diciembre de 2018, con un crecimiento del 1.5%; un PIB per cápita de US$15.300 dólares; una relación entre balanza comercial y PIB negativa, del -1.5%; una población del 17,9 millones, una relación entre deuda pública y PIB del 24%, un desempleo del 6.7% y una inflación del 2.2%.
Sobre Uruguay, la revista económica estadounidense resalta que este país austral tiene una economía de mercado libre caracterizada por un sector agrícola orientado a la exportación, una fuerza laboral bien educada y altos niveles de gasto social.
También señala que ha buscado expandir el comercio dentro del Mercado Común del Sur (Mercosur) y con países que no son miembros de este bloque y que su presidente, Tabaré Vázquez “ha mantenido una combinación de políticas pro mercado y una fuerte red de seguridad social”.
Tras las dificultades financieras a fines de la década de 1990 y principios de la década de 2000, el crecimiento económico de Uruguay promedió un ocho por ciento anual durante el período 2004-2008, añade Forbes.
La crisis financiera mundial de 2008-2009 frenó el vigoroso crecimiento de Uruguay, que se desaceleró al 2,6% en 2009. Sin embargo, el país evitó una recesión y mantuvo las tasas de crecimiento positivas, principalmente a través de un mayor gasto público e inversión.
El crecimiento del PIB alcanzó el 8,9% en 2010, pero se desaceleró notablemente en el período 2012-2016 como resultado de una nueva desaceleración de la economía mundial y de los principales socios comerciales de Uruguay y sus contrapartes del Mercosur, Argentina y Brasil. Las reformas en esos países deberían dar un impulso económico a Uruguay, subraya Forbes.
El PIB de Uruguay a diciembre de 2018 es de 59 billones de dólares, con un crecimiento del 2.7%; su PIB per cápita US$16.200; la relación entre su balanza Comercial y el PIB es del 1.5%; su población 3.4 millones; la relación entre deuda pública y PIB 66% el desempleo el 7.6% y la inflación el 6.2%.
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