El informe presentado resalta que en los últimos meses la economía mundial ha enfrentado vientos turbulentos en contra, cada vez más fuertes, que han frenado el crecimiento del comercio y la producción mundial. Destaca que las perspectivas económicas son peores que cuando se publicó el informe anterior, entre otras, por las medidas presupuestarias adoptadas y la persistente crisis de la deuda en algunas de las principales economías.
En el primer semestre del año 2012, las exportaciones mundiales aumentaron un 3.1% respecto del mismo período de 2011. Las exportaciones de las economías en desarrollo y las economías emergentes crecieron más rápidamente que el promedio mundial, mientras que las de las economías desarrolladas lo hicieron más lentamente.
Con respecto a los datos de producción y empleo, estos continúan siendo decepcionantes en muchos países, a pesar de las numerosas medidas puestas en marcha para moderar la desaceleración del crecimiento económico. Debido a estos acontecimientos, la Secretaría de la OMC redujo su previsión de crecimiento del comercio mundial para 2012 al 2.5%, frente al 3.7% estimado en abril.
Con respecto de los Estados Unidos las condiciones en el mercado laboral son difíciles, ya que la tasa de desempleo sigue siendo muy alta y la tasa de actividad económica continua disminuyendo.
El informe expone que en Asia, el pesimismo reflejado en las encuestas realizadas entre los productores indican que se ha frenado el ritmo de la actividad económica en China, lo que repercute negativamente en otros países de la región.
Lo que continúa siendo preocupante es que la Unión Europea sigue en recesión debido a la crisis de la deuda. La Unión Europea es el mayor importador mundial de mercancías mundiales, por lo que no resulta sorprendente que la reciente contracción de la demanda de importaciones en la Unión Europea haya contribuido a los magros resultados de exportación de muchos de sus interlocutores comerciales, incluidos China, y otras economías asiáticas. Estas tendencias pueden observarse en las estadísticas de corto plazo sobre el comercio de mercancías, tanto en valor como en volumen.
Estas condiciones macroeconómicas se convierten en un lastre para las corrientes comerciales internacionales, y han sido las economías desarrolladas las que han contribuido en mayor proporción al desplome económico.
Se prevé que las exportaciones y las importaciones de las economías en desarrollo y las economías emergentes crecerán; mientras que las economías desarrolladas lo harán a un ritmo más lento.
En general llama la atención la creciente incidencia de las medidas administrativas por parte de algunos países que equivalen a restricciones comerciales.
Por lo anterior, es primordial la determinación de los gobiernos en resistir la adopción de políticas proteccionistas, cuando la economía mundial necesita más comercio para evitar la recesión, lo que se requiere es un compromiso permanente de todos los gobiernos para revitalizar el sistema multilateral de comercio, a fin de que pueda restablecerse la certidumbre económica, en un momento que lo requiere urgentemente.
En conclusión, las restricciones al comercio y los procedimientos de solución de diferencias comerciales, especialmente en cuanto a las medidas antidumping que están en aumento, son motivo de preocupación justificada de incrementarse las acciones proteccionistas.