El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) canceló en forma sorpresiva el pasado miércoles la difusión de los datos de pobreza e indigencia correspondientes al segundo semestre del año.
El organismo alegó que canceló la difusión del informe porque trabaja en nuevas metodologías para caracterizar de manera “más eficiente” las condiciones socio-económicas de la población.
Los datos del Indec son seriamente cuestionados por consultoras privadas y hasta por empleados del propio organismo desde que a inicios de 2007 el ente introdujo cambios metodológicos en la medición de la inflación.
De acuerdo a la última información oficial disponible, la pobreza en la población urbana de Argentina se situó en un 4.7 % durante el primer semestre de 2013, mientras que el índice de indigencia se situó en un 1.5 %.
Tras la cancelación de la difusión del informe, expertos independientes y consultores privados calcularon que la tasa de la pobreza es del 25 al 30 %.
“Si se han creado 6 millones de puestos de empleo, si hay incremento en el empleo privado formal, si hay paritarias que regularmente se negocian generando incremento en el poder adquisitivo del salario real, obviamente, al mejorar la estructura de ingresos, se reduce cualquier indicador de pobreza e indigencia” , afirmó Capitanich.
Destacó que “en Argentina, en los últimos once años, hay entre 8 a 10 millones de personas que han accedido a agua potable y cloacas, 3.7 millones de personas que han accedido a la electricidad, 3.5 millones de personas que perciben la asignación universal por hijo (subsidios) y 2.5 millones de nuevos jubilados” .
Según las cifras oficiales, la pobreza en Argentina ha disminuido progresivamente desde el 57.5 %, el máximo que se registró en octubre de 2002, tras el estallido de la última crisis económica, una de las más severas que ha vivido el país.