Morales y Torres se enfrentarán el próximo domingo en un balotaje, después de ser los más votados en la primera ronda electoral del pasado 6 de setiembre.
“Las políticas de ajuste estructural desde los años 90 en Guatemala han mantenido una estabilidad macroeconómica; sin embargo cabe destacar que esta riqueza que se produce en el país no se distribuye efectivamente”, consideró Santos.
Según el analista, Guatemala es uno de los pocos países latinoamericanos que ha tenido crecimiento económico desde 2006, pese a la crisis internacional que inició dos años después.
Datos del Banco de Guatemala (Central) indican que la economía creció 4% el año pasado y mantiene una proyección similar para este año.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) calcula que Guatemala pierde unos US$10 millones diarios como resultado de la productividad perdida por la desnutrición, mientras que Unicef estima que el país tendría que invertir unos US$500 mil diarios para eliminarla.
Además, cuenta con reservas monetarias por US$7 mil 558 millones y una inflación estable, que se limitó a 2.95% en 2014 y hasta setiembre de este año acumulaba 1.63%.
Para cerrar 2015, el Banco de Guatemala proyectó una inflación de entre 3 y 5%, aunque los índices hacen prever que será similar o inferior a la de 2014.
Las exportaciones también han crecido año a año. En 2014 las ventas al exterior alcanzaron US$10 mil 800 millones, superior a los US$10 mil millones del año precedente, según cifras oficiales.
Sin embargo, la economía guatemalteca registra una de las cargas tributarias más bajas del continente americano, equivalente a menos de 11% del Producto Interno Bruto (PIB).
Otro problema que heredará el nuevo gobernante será el incremento de la deuda pública, que alcanza US$18 mil 760 millones, equivalente al 25% del PIB, lo cual amenaza la estabilidad macroeconómica del país.
Un país desigual
Para Santos, una forma de enfrentar el desequilibrio social es impulsar políticas para mejorar el salario mínimo, actualmente de 335 dólares, e incrementar la inversión estatal.
“A pesar que tenemos estabilidad macroeconómica, la ausencia de mecanismos de redistribución de ingreso permite que más de la mitad de la población subsista en condiciones de pobreza y pobreza extrema”, lamentó.
El activista advirtió que mientras el objetivo de la política económica sea mantener la estabilidad de los precios, no será posible erradicar la pobreza.
“Al contrario, seguiremos siendo un país con estabilidad macroeconómica, y una máquina de producción de pobreza e inequidad”, puntualizó.
En cambio, el experto de la Fundación Economía y Desarrollo, Mynor Cabrera, comentó a la AFP que la economía guatemalteca ha tenido una serie de ventajas para mantenerse estable.
Entre ellas enumeró que su primer socio comercial es Estados Unidos, destino de 35% a 40% de las exportaciones del país y que además recibe anualmente unos 5.000 millones de dólares en remesas de los guatemaltecos en el exterior.
La economía se ha visto además fortalecida por el surgimiento de nuevas actividades productivas como las telecomunicaciones, las financieras y las extractivas, como la minería, opinó.
Pero el dirigente indígena Daniel Pascual critica los monocultivos y la construcción de megaproyectos como la minería e hidroeléctricas, que a su juicio solo benefician a las grandes empresas en detrimento de la población vulnerable y de los recursos naturales.
El dirigente indígena comentó que los monocultivos como palma africana y caña de azúcar generan la concentración de la producción y perjudican a campesinos que viven en sus alrededores, a quienes muchas veces obligan a vender la poca tierra que poseen.
Pascual también alertó que 49% de los niños menores de cinco años (1,3 millones de infantes) sufren de desnutrición crónica.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) calcula que Guatemala pierde unos US$10 millones diarios como resultado de la productividad perdida por la desnutrición, mientras que Unicef estima que el país tendría que invertir unos US$500 mil diarios para eliminarla.
Los dos candidatos “no están diciendo nada nuevo. De los grandes problemas sociales no hablan nada”, sentenció Pascual.