Bouscayrol sustituyó a Luis Alfonso Bosch en la presidencia de la CIG y este es un resumen de lo conversado con Prensa Libre:
¿Cuál es la perspectiva económica para 2023?
Vemos un escenario positivo, en el sentido de que se ha previsto que la economía crecerá en un rango de 3% a 4% este año, y la inflación parece que empieza a controlarse para regresar a niveles más cercanos a la meta que se tiene como país.
Las perspectivas son buenas, pero no son suficientes. Nosotros, como institución, si creemos que se cuenta con el potencial y la capacidad de poder crecer a un ritmo mucho mayor al actual. Y deberíamos aspirar a que el PIB (producto interno bruto) crezca entre 5% y 6% anual en los próximos 10 a 15 años, para así lograr el desarrollo que tanto se anhela.
¿Por qué es necesario crecer a esas tasas y cómo lograrlo?
En los últimos 20 años, el crecimiento del PIB ha tenido un ritmo aproximado del 3%, pero la población crece a ese mismo nivel y lo único que se está haciendo es quedarnos en el mismo lugar, para comprenderlo en términos prácticos; y lo que buscamos es que se incremente el PIB per cápita, aparte de que la economía crezca más rápido que la cantidad de habitantes.
Aquí no estamos inventado “el agua azucarada”, pues es lo que han hecho los países que han logrado mayores tasas de crecimiento en sus economías, como los famosos tigres asiáticos que, en las últimas décadas, han crecido entre 6% y 7% e inclusive su industria crece mucho más; también se han industrializado, con lo que aumentó su participación en el PIB y hoy en día son naciones mucho más desarrolladas. Eso es algo a lo que nosotros debemos aspirar.
¿Cómo lograrlo?
Este país está sobre diagnosticado y todos tenemos la receta. La más reciente que se está “empujando” es la iniciativa Guatemala No se Detiene, que se basa en una estructura para aprovechar el nearshoring y atraer inversiones para generar los empleos que necesitamos.
¿Cómo están viendo el 2024?
Es un año diferente, comenzando con el cambio de autoridades de gobierno. Como guatemaltecos, debemos impulsar que esto se dé, porque vivimos en una república y la alternancia es un pilar de la democracia, por lo que debe asumir un nuevo gobierno; el que sea y que el pueblo elija.
En ese cambio de autoridades, el reto será convencerlas de que el plan Guatemala No se Detiene tiene los pasos que necesitamos y las áreas de oportunidad que debemos reforzar para lograr esos flujos de inversión y esos empleos, que está basado en un estudio serio de la firma McKinsey y que al final se vuelve un tema público-privado. Nuestro reto como sector privado organizado, es hacer que las autoridades electas tomen ese plan como propio.
¿Por qué la industria es un motor clave en la economía?
La gran mayoría de los agremiados de la CIG son micro y pequeños, y cuando hablamos de industrialización, se abarca todo el abanico. La industrialización paga los mejores salarios muy por encima del mínimo; permite generar el valor agregado para poder exportar y hoy hablamos del nearshoring porque estamos al lado del mercado más importante del mundo y solo podremos aprovecharlo a través de la industrialización con valor agregado.
En Guatemala tenemos industria en todos los segmentos y en esta cámara hay 53 gremiales; cada una es un sector de la actividad productiva que tienen un gran potencial de hacer crecer sus segmentos. Las grandes naciones desarrollaron sus economías apoyando a sus ciudades intermedias y es a lo que debemos apostarle.
¿Hacia dónde apunta la industria nacional?
El mismo plan de Guatemala no se Detiene habla de hacer más de lo que hacemos bien; por ejemplo, la industria textil, que es el mayor producto de exportación.
Por otro lado, hay que empezar a hacer cosas que hoy no se hacen, como la manufactura ligera y ensamblaje, como la planta que ya se instaló en San Marcos. Y con la tecnología hay un tremendo potencial porque ese el futuro del mundo.
Para lograrlo, tenemos varios pasos a seguir, reforzando temas de infraestructura, certeza jurídica, atracción de inversión y desarrollo de capital humano, que son los grandes ejes.
¿Cómo se encuentra el clima de negocios e inversión?
Los índices de confianza en la actividad económica están bien, como lo demuestran las grandes señales macroeconómicas: un tipo de cambio estable, la inflación se empieza a controlar, una deuda baja con relación al PIB, por lo que el reto es lograr atraer esos capitales.
Nuevamente, hay que enviar mensajes de certeza jurídica, de estabilidad macroeconómica y que tenemos competencia; quien mejor logre enviar esos mensajes va a traer mayores inversiones. Para ello debemos tener un frente unido y enviar mensajes claros de que en el país se respeta el estado de Derecho. En un año electoral, el ambiente está más alborotado, pero una vez electas las nuevas autoridades, debemos seguir trabajando, continuar en la dirección correcta y crecer más.
¿Cómo aprovechar el nearshoring?
Nos debemos enfocar en un eje de infraestructura, donde estamos rezagados y es la tarea pendiente que como país no hemos logrado explotar y desarrollar. Hoy tenemos las mismas carreteras, los mismo puertos y aeropuertos, por lo que se debe invertir en infraestructura.
¿Qué se espera de la agenda económica del próximo gobierno?
Se esperaría trabajar juntos el programa Guatemala no se Detiene, pues ahí está clara la hoja de ruta y las acciones a tomar para atraer más inversiones, mejorar la certeza jurídica, el desarrollo del capital humano y el tema de turismo, que son los ejes de la iniciativa. Esperaríamos que el próximo gobierno tome el programa como propio, que no se politice e impulsarlo.
El tema macroeconómico es algo que se ha manejado muy bien desde las autoridades del Banco de Guatemala y la Junta Monetaria y debe seguir de la misma manera. Eso es básico para atraer capitales.
Del lado Legislativo, ¿qué se espera?
Hay varias iniciativas de ley detenidas y que se deben aprobar, como la de infraestructura vial para cambiar el modelo; la reformas a la ley de Alianzas Público-Privadas, la ley de Puertos y otras. Desde el Ejecutivo se puede apoyar para que se realicen cambios importantes.
¿Y con los gobiernos locales?
Ahí vamos a trabajar fuerte en varios temas que ya impactan a las industrias ubicadas en diferentes municipios; en la CIG contamos con un programa que se denomina “Comunidades Prosperas” que trabajamos con varios sectores para poder resolver los problemas más puntuales.
¿Cómo observa el desarrollo de la segunda vuelta electoral?
Cómo institución, siempre hemos defendido el orden constitucional, el imperio de la ley y el estado de Derecho. Hemos mencionado en esta coyuntura, que es importante realizar las elecciones de segunda vuelta el 20 de agosto, con los dos candidatos electos por la mayoría de los ciudadanos.
La Corte de Constitucionalidad ya reafirmó el respaldo al Tribunal Supremo Electoral para esas elecciones; lo que la población decida en las urnas se debe respetar y tener una asunción de autoridades el próximo 14 de enero.