Pese a sus diferencias, los antiguos enemigos han logrado en poco tiempo consolidar un fluido diálogo intergubernamental a través de una comisión bilateral que comenzó a funcionar el pasado septiembre y que ya ha dado sus primeros frutos.
El más importante fue el acuerdo rubricado en La Habana el 16 de febrero para la restauración, después de más de cinco décadas, de los vuelos comerciales directos, que comenzarán el próximo otoño.
En este nuevo paquete de medidas, de las más significativas desde el inicio del deshielo, se relajan más las restricciones a los viajes de estadounidenses, que ahora podrán visitar Cuba de forma individual en las categorías permitidas para hacerlo, algo que hasta ahora debían realizar en grupo y bajo el patrocinio de organizaciones autorizadas.
Se permitirán hasta 20 vuelos diarios desde Estados Unidos a La Habana y 10 más a otros nueve aeropuertos internacionales cubanos, entre ellos Santiago de Cuba, Manzanillo y Camagüey, lo que representa un potencial de más de cien conexiones aéreas diarias.
Estados Unidos abrió inmediatamente el proceso de licitación para las aerolíneas norteamericanas interesadas, que presentaron muchas más solicitudes de las acordadas.
De ese proceso queda fuera, por ahora, la estatal Cubana de Aviación debido a litigios en Estados Unidos, que podrían llevar a que sus bienes fueran embargados si entran en territorio norteamericano.
Ese acuerdo conllevará un aumento exponencial en el flujo de visitantes estadounidenses a la isla, máxime ahora que Washington ha aprobado una nueva flexibilización en las condiciones de los viajes de sus ciudadanos a Cuba, a pesar de que en Estados Unidos sigue prohibido viajar de turismo al país caribeño.
Otro destacado avance ha sido el acuerdo para restaurar el servicio postal directo, que ha quedado abierto formalmente esta semana a pocos días de la visita de Obama a Cuba, con un vuelo inaugural procedente de Miami.
Los vuelos postales Miami-La Habana, que acercan a los cubanos con familiares y amigos viviendo al otro lado del estrecho de La Florida, tendrán una frecuencia de tres veces por semana (lunes, miércoles y viernes) con tres toneladas de carga en cada viaje, desde el 25 de marzo.
Los envíos de correos entre los dos países se suspendieron en 1968 tras la explosión de una bomba proveniente de Nueva York en un alijo postal.
Durante décadas el enlace postal entre Cuba y Estados Unidos se hizo por un tercer país y las negociaciones para regularizar el servicio directo comenzaron en 2009, pero quedaron interrumpidas varios años hasta que se retomaron en 2013.
Además de estos acuerdos, el deshielo ha propiciado también los primeros convenios empresariales en materia de telecomunicaciones, en concreto entre el monopolio cubano ETECSA y las compañías IDT Domestic Telecom (interconexión directa para llamadas de voz, suscrito en febrero de 2015), y con las operadoras Sprint y Verizon para “roaming” de tráfico de voz.
Durante la visita de Obama a Cuba, viajarán también empresas norteamericanas como la firma AT&T, la segunda del país, que espera lograr otro acuerdo de itinerancia con ETECSA.
Tiene también especial simbolismo la autorización que ha logrado Cleber del Departamento del Tesoro de su país y de las autoridades cubanas para instalarse en el país caribeño: será la primera empresa estadounidense que operará en la isla en más de 50 años.
Esta empresa de tractores con sede en Alabama planea construir una planta de ensamblaje para sus tractores en la Zona Especial de Desarrollo del Mariel (ZEDM), el megaproyecto del Gobierno cubano para atraer inversión extranjera, con el objetivo de vender vehículos agrícolas fabricados en Cuba desde el primer trimestre de 2017.
A todas estas iniciativas, se añaden los efectos tangibles que comienzan a tener las medidas aprobadas por el Gobierno de Obama en los últimos quince meses para aliviar el embargo económico y comercial, sobre todo las que relajan las condiciones para viajar a la isla y las destinadas a aumentar las posibilidades comerciales.
A pocos días de la visita de Obama, el Gobierno estadounidense ha puesto en vigor nuevas regulaciones, entre las que destaca el permiso, por primera vez desde que está vigente el embargo, para que los cubanos e instituciones financieras de la isla puedan usar el dólar en determinadas transacciones.