“Mientras mayor certidumbre haya sobre el sistema fiscal, mayores serán las inversiones que pueda atraer nuestro país”, dijo el mandatario.
El gobierno de Peña Nieto, que inició en diciembre de 2012 y concluye en noviembre de 2018, sólo podrá modificar la ley tributaria “en respuesta a eventos macroeconómicos sustanciales y extraordinarios”, señaló el secretario (ministro) de Hacienda, Luis Videgaray.
El ejecutivo toma esta medida después de que el Congreso aprobara a finales de 2013 una controvertida reforma fiscal que incrementó varios impuestos e impuso otros gravámenes como uno a los alimentos y bebidas altamente calóricos.
El objetivo de la reforma era incrementar la débil recaudación del Estado mexicano, que el año pasado era equivalente al 13.7% del PIB por un promedio de 18.4% en el resto de América Latina.
No obstante, el pacto fiscal anunciado el jueves excluye el régimen fiscal del sector energético, que por primera vez fue abierto a la inversión privada el año pasado en la más polémica de las reformas estructurales impulsadas por Peña Nieto.
“Se propondrán modificaciones al régimen fiscal del sector energético para que Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad cuenten con los recursos para alcanzar una mayor producción”, avanzó Videgaray.
Petróleos Mexicanos (Pemex) ha sufrido una drástica caída en su producción desde los 3.4 millones de barriles diarios producidos en 2004 hasta los 2.5 de 2013.
El gigante petrolero estatal, que aporta más de un tercio de los ingresos públicos del país, reportó este jueves una pérdida neta de unos US$12 mil 900 millones en 2013.