“Esos ingresos ya no los tenemos, sobre todo cuando parece que esa caída es bastante durable y digamos va a ser cuestión de años, no de meses”, anotó.
Carstens afirmó que la forma de mantener el ritmo de gasto que ha tenido el país en los últimos años es endeudándose, pero aclaró que esa alternativa implicaría un aumento de impuestos.
“El tema es que nos tenemos que ajustar a un nivel de ingreso menor”, recomendó, al tiempo que reconoció el recorte del gasto público que anunció la semana pasada el Gobierno mexicano de 124 mil 300 millones de pesos (unos US$8 mil 572 millones).
Esto, afirmó Carstens, suavizara el impacto para el 2016, “sobre todo porque es previsible que dure durante un tiempo prolongado esta situación de precios del petróleo débil”.
Carstens explicó a los legisladores que los precios de las materias primas, y en particular del petróleo, han disminuido por la debilidad en la demanda global, por factores de oferta y por la apreciación del dólar.
En el caso de México, recordó, se ha observado una relación entre la caída en el precio del petróleo y la depreciación del peso.
Los ajustes que hizo al presupuesto el Gobierno mexicano, equivalentes al 0.7% del producto interno bruto (PIB), afectaron, entre otros, el presupuesto de Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Por el recorte también fue suspendido de manera indefinida el proyecto para la construcción del tren México-Querétaro y quedó cancelado el del tren transpeninsular de Yucatán a Quintana Roo.
México es el décimo productor mundial de petróleo. El país depende en gran medida de los ingresos que le genera la venta de hidrocarburos y por ello la caída del petróleo está empezando a impactar en su economía.