Economía

País mantiene rezago fiscal

Entre 1990 y 2010 la carga tributaria de Guatemala —ingresos tributarios como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB)— aumentó alrededor de tres puntos porcentuales, no obstante el país presentó el nivel promedio más bajo de América Latina y el Caribe (ALC), apenas por arriba de Venezuela.

De acuerdo con el estudio “Estadísticas tributarias en América Latina 1990-2010”, presentado recientemente por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la recaudación como porcentaje del PIB del país partió de su nivel más bajo, de 9 por ciento en 1990, hasta alcanzar el punto más elevado, 13.9 por ciento en el 2007.

El estudio resalta que la presión tributaria en Guatemala presentó una tendencia al alza durante 17 años consecutivos, hasta que en el 2008 se vio interrumpida —tras la crisis económica mundial—, que lo llevó a alcanzar en el 2010 niveles similares a los del 2000.

Para el 2010 el país registró una carga tributaria del 12.3 por ciento, por debajo de 19.4 por ciento de la media de América Latina, y lejos del 33.8 por ciento alcanzado en promedio por los países de la OCDE.

“Si bien el país ha seguido la misma tendencia de la región, aún está muy por debajo del promedio de América Latina (…) Desde el 2008 se registran esfuerzos para hacer distintas reformas al sistema tributario, pero la dificultad para lograr acuerdos entre el sector privado y el gobierno ha truncado la posibilidad de al menos alcanzar los niveles registrados en 2007”, se lee en el expediente.

Para el analista del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), Ricardo Barrientos, este informe de la OCDE no es más que una reiteración al país, de la necesidad de atender una debilidad y deficiencia sistémica, que si bien afecta a Centroamérica, es particularmente preocupante para Guatemala, por sostener el nivel de carga tributaria más bajo del área.

Pedro Prado, analista de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asies), expuso que si bien es importante para el país esforzarse en la búsqueda de aumentar la carga tributaria, es necesario la comprensión de todos los sectores respecto del por qué de ese incremento.

“Guatemala tiene diversidad de necesidades y entre los más importantes están las de carácter social, que tienen que ver con la salud, la educación y la seguridad, cuya atención requiere de la intervención del Estado, y para ello se requieren recursos que solo podrán obtenerse mediante una mejora en el desempeño fiscal”, añadió.

Estructura fiscal

Según el estudio de la OCDE, la relativa mejora en la carga tributaria del país trajo consigo cambios en la estructura impositiva, donde destaca el que desde 1995 los impuestos sobre la renta y las utilidades —directos— han ganado mayor peso dentro del ingreso frente a los gravámenes sobre bienes y servicios —indirectos—, con lo que para el 2010 la participación de 25 por ciento y 57 por ciento, respectivamente, de la recaudación total.

Sin embargo, el documento reitera que a pesar de la disminución de su importancia relativa con respecto de la década de 1990, los impuestos indirectos siguen constituyendo una parte importante de la presión tributaria en Guatemala, al caer del 61 por ciento en 1990 a 57 por ciento en el 2010.

En América Latina, la media del peso de los impuestos sobre consumo es de 52 por ciento, y de los gravámenes sobre las rentas, 25 por ciento. En la OCDE, ambos impuestos tienen un 33 por ciento cada uno en la estructura tributaria.

La OCDE reconoce que las últimas reformas en materia fiscal aprobadas en el país podrían ayudar a avanzar en alguna medida en la consolidación de las políticas tributarias y del gasto público, de cara a un mayor crecimiento económico y una distribución del ingreso más justa en la nación.

Tanto Barrientos como Prado coinciden en que si bien las reformas son un avance, dependen en gran medida de la capacidad de la Administración Tributaria, de su cumplimiento y de que el país siga en la ruta de lograr un sistema tributario progresivo.

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