El combate a la corrupción es seguramente el tema en el que todos los ciudadanos estamos de acuerdo, al menos públicamente, todos preferimos el bien moral que el mal, esto normalmente permanece mientras no se perciba un beneficio específico y posibilidades remotas de ser descubiertos.
tipos de corrupción
En septiembre del año pasado, una de las noticias que más impactó a nivel internacional fue el escándalo de software utilizado en la Volskwagen (VW) para amañar controles ambientales, algo que nos negábamos a creer los fanes de esa marca automotriz. Un caso de corrupción empresarial; sin embargo, estos se pueden clasificar.
El Prof. Melé, del IESE Business School, lista como causas de corrupción, personales, culturales, institucionales y organizativas, las siguientes:
1. Codicia Personal; 2. Falta de educación ética y de sentido de justicia; 3. Poca conciencia para denunciar; 4. Ambiente tolerante a la corrupción; 5. Falta de transparencia; 6. Regulaciones y controles ineficientes; 7. Procesos judiciales lentos; 8. Falta de criterios morales en la promoción del personal; 9.Poca decisión en aplicar sanciones ejemplares
Para la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), el IGSS o institución que públicamente ha sufrido el problema, resulta útil identificar los elementos organizativos e institucionales donde se origina la corrupción y trabajar directamente en ellos.
Lo anterior normalmente es una tarea compleja, poco agradecida o valorada y de frutos en el largo plazo; sin embargo las grandes actuaciones del 2015 del MP y CICIG (falta mucho que ver todavía) han provocado algo que posiblemente Thelma Aldana e Iván Velázquez no se imaginaron, convertirse en personajes ejemplares. Ser el “bueno de la película” está de moda, y esperemos que por mucho tiempo.
Recuperar la Confianza
SAT, IGSS, Congreso Nacional o la gigante automotriz alemana VW tienen algo en común, la necesidad urgente de recuperar o crear confianza, otro esfuerzo que no se logra de la noche a la mañana, pero debe iniciarse y mostrarse lo antes posible. Los pasos sugeridos por el maestro del IESE son:
1. Reconocer el fallo. Esto es posiblemente lo más costoso del listado. El día que el directorio de alguna de las instituciones antes mencionadas, aunque no tengan responsabilidad personal en el asunto (son nuevos) lo haga, la sociedad guatemalteca comenzará a percibir un cambio de fondo. Hasta donde estoy enterado, únicamente la VW lo ha hecho.
2. Instalar los cambios necesarios para evitar que se repitan estos escándalos. ¿Qué procesos aduaneros se han automatizado, o se han creado controles más eficientes para evitar otra “línea”? ¿Cómo los procesos de compras y contrataciones internos blindan a las instituciones frente a los actos de corrupción?
3. Revisar y modificar la cultura organizativa, para revalorizar actuaciones y valores éticos. Que se perciba como una realidad, que ser honesto paga bien y que si te agarran en actos de corrupción el costo será altísimo. ¿Cómo se ha premiado públicamente o se ha recompensado en la institución con bonos a funcionarios que han actuado para mejorar la transparencia o apoyar en la denuncia de irregularidades? Se puede instituir el premio al funcionario aduanero del año?
4. Contar con directivos y alta gerencia con experiencia, conocimiento técnico, virtudes (prudencia) y con liderazgo incansable para continuar con esta agenda de recuperación de la confianza.
De los escándalos se pueden y deben sacar experiencias positivas, personales e institucionales, el caso reciente de la respuesta del gigante alemán VW puede ser un ejemplo para muchas de nuestras instituciones públicas. Nunca es tarde para recomenzar, pero debe hacerse hoy.