Este trazado, bajo la vía Casilina, está compuesto por 15 estaciones distribuidas en un total de 12,5 kilómetros, de los cuales 8,2 transcurren por la superficie.
Los trenes de la línea C carecen de conductor a bordo ya que son controlados mediante un sistema que permite gestionar la línea automáticamente.
La inauguración tuvo lugar a las 05.30 hora local (04.30 GMT) , hora de apertura del metro capitolino, y cerrará a las 18.30 locales, a la espera de que se decida adecuar su horario al resto de líneas y ampliarlo a toda la jornada, según el Atac.
Finalmente la inauguración no estuvo exenta de incidentes y el tren destinado a completar el primer trayecto se detuvo de forma imprevista a cuatro paradas de la terminal, por lo que los pasajeros tuvieron que abandonar los vagones y ser reubicados en otro tren.
Roma cuenta con dos líneas -A y B- que cruzan la ciudad sin pasar por su centro y en la actualidad se llevan a cabo las labores para completar esta tercera línea, objeto de críticas por su impacto ambiental, su elevado coste y por los perjuicios que acarrean sus obras a los negociantes y vecinos de la zona.
Una vez concluida, no antes del 2020 de acuerdo a las estimaciones del consistorio, la línea C deberá conectar MonteCompatri/Pantano con Ottaviano, plaza próxima a los Museos Vaticanos y que ya cuenta con la parada de metro de la línea A.
La C está diseñada para recorrer un total de 25.5 kilómetros, que cruzarán el centro de la capital deteniéndose en zonas emblemáticas como la plaza de San Pedro del Vaticano, la plaza Venecia o los foros imperiales.
No obstante, la fecha para su completa puesta en marcha está sujeta a modificaciones ya que las obras arrastran todo tipo de atrasos y su precio ya se estima próximo a los 3,700 millones de euros.