En lugar de fijar una cifra de crecimiento, como ha sido habitual desde hace décadas tanto a nivel nacional como de las autoridades provinciales y de las cuatro municipalidades chinas (Pekín, Shanghái, Tianjin y Chongqing) , Yang explicó que su objetivo del PIB para 2015 será simplemente “mantener un crecimiento estable” .
Esto, dijo, se espera conseguir “introduciendo una optimización estructural (de la economía shanghainesa) y consiguiendo así una mejor calidad y una eficacia más alta” de la actividad económica local, que en los últimos años Shanghái está transformando hacia un tejido cada vez menos industrial y más volcado hacia los servicios.
Yang anticipó también que su Ejecutivo aspira a crear medio millón de puestos de trabajo (la población a su cargo supera los 24 millones de personas) , con lo que la tasa de paro de Shanghái debería de poder mantenerse un año más por debajo del 4.5 por ciento de la población activa.
El presidente chino, Xi Jinping, y su primer ministro, Li Keqiang, han insistido desde 2013 ante los gobiernos locales del país en que deben evitar medir su rendimiento como gestores sólo por la cifra de crecimiento del PIB, lo que a menudo ha conducido a casos de deterioro medioambiental y de descontento social.
En los últimos años Shanghái ha ido reduciendo paulatinamente su ritmo de crecimiento anual desde un 8 hasta un 7,5 por ciento anual, cumplido en 2014, y el informe presentado por Yang en la sesión de apertura del pleno del Legislativo local prevé que se ralentice hasta cerca de un 7 por ciento en 2015, aunque ya no es una meta.
Según explica hoy Lian Ping, el economista jefe del estatal Banco de las Comunicaciones (BoCom) , al diario independiente “South China Morning Post” , esto significa que Shanghái dejará de centrar sus esfuerzos de desarrollo en el crecimiento económico reflejado en la cifra del PIB.
“Al contrario, está prestando cada vez más atención a la calidad y la eficacia de la economía, y como principal centro económico y financiero del país que es, a mejorar la manera en la que da servicio al delta del río Yangtsé (la región a su alrededor, el mayor polo industrial y económico de China) y a todo el país” , dijo.
El ejemplo de Shanghái podría ser seguido próximamente por otras regiones chinas e incluso por el propio Gobierno central, adelantó por su parte el profesor de políticas públicas Zhu Lijia, de la Academia China de Gobernantes.
“La brecha (económica y social) entre las regiones del este y el oeste es tan grande que siempre he pensado que fijarse un objetivo de crecimiento nacional no tenía sentido” , explicó Zhu.