Argentina giró los pagos a los bonistas reestructurados el 26 de junio, pero el juez federal estadounidense Thomas Griesa bloqueó ese dinero depositado en Nueva York y si no cobran el miércoles, la tercera economía de América Latina caería nuevamente en cesación de pagos, después del default de 2001, aunque con consecuencias imprevisibles.
“Vamos a defender los intereses del país y vamos a garantizar que el sistema económico siga funcionando” , dijo el sábado a la prensa el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich.
“Los argentinos tienen que estar tranquilos porque la vida sigue andando” , aseguró el portavoz de la presidenta centroizquierdista Cristina Kirchner, en momentos que la prensa asegura que el Gobierno agotó todas las opciones en esta pelea y estudian las implicaciones de enfrentar un default.
El viernes, cuando se realizaron las últimas reuniones con el mediador designado por Griesa, Daniel Pollack, éste afirmó en un comunicado que “no se ha alcanzado ninguna solución en el impasse entre las partes” .
Ese mismo día el gobierno argentino denunció otra vez ser víctima de una “extorsión” judicial promovida por esos fondos, y aseguró que seguirá pagando su deuda reestructurada pese al fallo del juez que bloquea el dinero depositado en Nueva York.
La magnitud de una suspensión de pagos en Argentina divide a los analistas, dado que el país, que se autoexcluyó de las fuentes de financiamiento internacional después del default por 100,000 millones de dólares de su deuda en 2001, no tiene el mismo peso en la región y confronta otras dificultades económicas.
– Recesión acelerada –
Diversas consultoras privadas aseguran que un default potenciaría los signos de recesión en la alicaída economía argentina, que desde finales de 2013 acentuó la caída de su actividad económica tras cerrar con una inflación de 28%, y que en lo que va de año se ubica en 15%.
“Una caída del 3.5% del PBI, la inflación anual alcanzando el 41% y una retracción del consumo del orden del 3,8%, son las principales variables con las que terminaría el 2014 en un escenario con default” , señaló un informe de la consultora Abeceb.com divulgado el fin de semana.
De haber un acuerdo con los fondos especulativos, el informe señala que los indicadores pasarían a “una caída del 1.5% en el PBI, una inflación del 34.5%” y una reducción del consumo del 1.8%.
El economista Fausto Spotorno, director del Centro de Estudios Económicos Orlando Ferreres, advirtió a la AFP que el default de alguna manera afectará al ciudadano.
“Todo lo que está viviendo hoy Argentina se puede potenciar” , afirmó. El principal temor es que empiecen los despidos en este país cuya tasa de desempleo se sitúa en 7.1%.
Para 2015, año de elecciones presidenciales en octubre, las perspectivas si hay default prevén una merma del 0.5% del PBI, una inflación del 24.1% y una retracción del consumo del 0.8%.
Para la consultora Ferreres y Asociados, sin default podría registrarse un crecimiento de 1% del PIB, recuperación del consumo, aunque la inflación seguiría por encima del 25%.
Los analistas coinciden en que una cesación de pagos alejaría la posibilidad de acceder al financiamiento externo.