Después de tres a cinco días de trabajo, la artesana recibirá aproximadamente Q36 por cada medio metro de tela terminado, que incluye combinación de colores y diseños de animales y de la naturaleza.
Esta misma prenda fue exhibida por intermediarios en la feria Internacional del Regalo en Nueva York, en enero de este año, por la que se pedían US$25 —Q195—.
Gallego pertenece a la Asociación Chajulense, un grupo de 30 mujeres que se dedica a elaborar artesanías con tejidos.
“No nos alcanza el dinero que ganamos con estas prendas; yo tengo cinco hijos, y quisiera que se valorara más nuestro trabajo porque no es fácil”, expresó la tejedora. La pobladora agregó: “El pago no es de todos los meses, pues no siempre nos llaman para trabajar”.
Lucía López, otra artesana de la misma organización, comentó: “No hay oportunidades de empleo en nuestra comunidad”.
Juana Hu Mateo, coordinadora de esa asociación, expuso: “El proyecto lleva seis años de existir de manera independiente, es una oportunidad de trabajo donde no hay muchas posibilidades para las mujeres”.
La cantidad de hijos que tiene una mujer en la comunidad es de cinco a ocho.
Otra institución que trabaja en esa localidad es la Fundación Agros, que emplea en la actualidad a 50 artesanas.
Ana Poma, originaria de Cajixay, Quiché, y que es tejedora de la Fundación, señaló: “Trabajo dos veces por año cuando hay pedidos para exportación”.
“Hemos capacitado a 200 tejedoras, el problema es que no podemos darles empleo a todas, ya que tenemos poca demanda internacional”, expuso Drusila Toma, promotora de artesanías de Agros.
Exportación
El año último, la Asociación Chajulense exportó unos Q190 mil en bolsas, bufandas, mochilas y centros de mesa tejidos a Estados Unidos, Holanda e Italia.
“Este año no tenemos muchos pedidos; el 2011 fue un buen año”, agregó Hu Mateo, quien al igual que las otras artesanas, espera que la situación mejore.
Cadena de valor
El precio del producto elaborado por las artesanas se multiplica por cinco al exportarse a Estados Unidos. “Debido a los trámites y por el envío, que se debe hacer exclusivamente por avión, los costos suben mucho”, expresó Hugo Cabrera, presidente de la Comisión de Artesanías de la Asociación Guatemalteca de Exportadores (Agexport).
Otro de los factores que influyen es la competencia del mercado internacional. “Cuando se va a ferias, se compite con productos de todo el mundo”, agregó Cabrera.
El exportador resaltó que aunque el pago es poco, “las tejedoras tienen la opción de estar con su familia, cuidar a sus hijos y trabajar en casa pocas horas al día para elaborar las prendas”.
Según datos de la Agexport, del total de productos artesanales que se exportan a todo el mundo, el mayor porcentaje es de textiles.
Un 70% de lo que se exporta es textil, 10% madera, 10% cerámica, y 10% otros productos como joyería, fibras vegetales, vidrio soplado y materiales reciclados.