A mediados de noviembre ya se había inaugurado el tramo occidental de la línea, a su paso por Xinjiang, pero hoy comenzó a operar la parte oriental, en las provincias de Qinghai y Gansu, lo que enlaza el sector abierto el mes pasado con el resto de la red nacional de “trenes bala” .
El trayecto entre Lanzhou y Urumqi, extremos de la nueva línea, se demoraba 23 horas con las líneas de ferrocarril convencionales, un tiempo que se reducirá ahora a 11 horas y 50 minutos, con trenes que circularán a velocidades máximas de 250 kilómetros por hora.
La nueva línea es la más alta de los “trenes bala” chinos, con tramos que circulan a más de 3.000 metros de altitud en una zona ya próxima a la meseta tibetana.
Consolida a la red de alta velocidad china como la mayor del mundo, con cerca de 15.000 kilómetros en operación (casi cinco veces más que España, la segunda mayor red del mundo) y otros tantos en construcción.
Las obras de la línea comenzaron en enero de 2010, y con ella se espera estimular el sector turístico de las zonas que atraviesa, pero también el comercio y el transporte de materias primas, especialmente en el sector minero, según la agencia Xinhua.