Economía

Emprendedor que creó un destino con algo más que solo pan recién horneado

El emprendimiento no tiene límites y en la actualidad surgen nuevos modelos de negocio que sorprenden por su creatividad y por añadir un valor agregado a los productos o servicios que se ofrecen.

Es el caso de Fado Bakery, una nueva panadería, ubicada en el corazón del resurgido Cuatro Grados Norte, en la zona 4, donde el aroma de sus pasteles y pan salado y dulce atrae a los transeúntes que pasan por el lugar.

El portugués Rubén Maio y el guatemalteco Luis Pedro Grajeda unieron su creatividad y talento para convertirse en socios de este concepto de panadería, que fusiona una mezcla de sabores europeos y latinoamericanos para ofrecer un producto orgánico fuera de lo tradicional.

La palabra fado proviene del latín “fatum” que significa “destino” y Fado Bakery ofrece ser un destino en donde los clientes podrán encontrar algo más que solo pan horneado. Sus sabores se han convertido en un punto que la mayoría no se quiere perder.

El lugar está ubicado en vía 5, 1-75 zona 4, local 2b en 4 grados norte.

Empezar de cero

Maio relata que cuando visitó por primera vez Guatemala se sintió atraído por su cultura y visualizó la posibilidad de quedarse a vivir en el país de la eterna primavera.

Hace siete años, Maio se estableció en la Ciudad de Guatemala, y aunque su profesión original es la fotografía y la producción audiovisual, siempre le apasionaron la panadería y la repostería.

Variedad de productos

En la actualidad Fido Bakery surte pedidos a seis restaurantes.

Los artículos más solicitados son los pastelitos de queso rellenos de nutella, dulce de leche y manzana, y los panes rellenos de chorizo ibérico o salchicha italiana.

Costo de los panes La panadería ofrece variedad de productos salados y dulces, y también trabajan bajo pedido para eventos.


En el intermedio de recibir un diplomado en panadería, Maio decidió abrir su propio negocio. Vendió varias de sus pertenencias más preciadas para poder capitalizarsey comprar todo lo que necesitaba para el negocio.

En el trayecto se le unió Grajeda, quien lo apoyó en la parte administrativa y de mercadeo, que son fundamentales para toda empresa que nace y desea posicionarse en el mercado.

La experiencia de Grajeda en otros negocios dio seguridad a Maio para emprender en conjunto uno de los mayores proyectos de su vida.

Para Grajeda, al emprender un negocio “se debe romper con las barreras y el miedo de hacer las cosas en las que crees”.

El guatemalteco considera que no es necesario pensarlo tanto, porque las recompensas vienen por añadidura.

Panadería de antojo

Maio comparte que cuando empezaron a fabricar los primeros productos, se hicieron a prueba y error.

“Queríamos elaborar una panaderia diferente, mezclar sabores europeos e influencias latinas, es así como surgieron las primeras ideas, como el pan de frijol y apazote o de tomillo con chile cobanero”, explica el emprendedor ibérico.

Con el tiempo, las recetas se fueron ajustando y el objetivo es que el pan sea “recién horneado”, que se ofrezcan nuevos sabores cada semana y, lo más importante, señala Maio, es que no utilizan preservantes ni colorantes en sus productos.

La materia prima que utilizan en Fado Bakery es en su mayoría de pequeños agricultores locales, mientras que otros ingredientes específicos son importados.

El sincretismo del barrio es uno de los atractivos que hace del negocio un punto de encuentro entre jóvenes, profesionales, diseñadores, emprendedores y familias.

En el corto plazo los emprendedores esperan abrir otro local.

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