El TLCAN, firmado por EEUU, México y Canadá en 1992 y que entró en vigor en 1994, ha sido duramente criticado por el presidente Donald Trump, al considerar que lesiona los empleos en EE.UU. al trasladarse las fábricas a México para ahorrar costes de producción.
El borrador al que ha tenido acceso el Journal propone que cualquier país pueda aplicar aranceles a productos de importación en caso de que exista un flujo de importaciones que pueda generar “graves daños o la amenaza de graves daños” a su industria nacional.
Al margen de eso, los “modestos” cambios propuestos, según el WSJ, no incluyen medidas específicas sobre temas polémicos, como las reglas de origen para los productos que se intercambian en la región o los paneles de arbitraje comercial.
El WSJ sostiene que el documento establece la necesidad de “mejorar los procedimientos para resolver disputas” , pero no establece claramente la necesidad de eliminar estos paneles, que algunos críticos creen que infringen la soberanía nacional.
Tampoco establece nada específico para reducir el déficit que pueda haber en determinadas áreas ni recursos sobre políticas monetarias que puedan beneficiar a determinada moneda dentro del comercio regional.
El periódico recuerda que el Gobierno de Donald Trump debe informar al Congreso con 90 días de anticipación antes de iniciar cualquier negociación para revisar el TLCAN.
El pasado 3 de marzo, el secretario de Comercio, Wilbur Ross, anticipó que el TLCAN sería la primera prioridad de su agenda comercial, y dijo que uno de los temas que podrían revisarse es el de las reglas de origen.
Una semana después, Ross y el secretario mexicano de Economía, Ildefonso Guajardo, mantuvieron una primera reunión para analizar los pasos previos a seguir para renegociar este tratado que une comercialmente a los tres países.