La importación de productos pirotécnicos y materias primas para la elaboración de estos registra una disminución este año, ya que de enero a noviembre ingresó en el país el equivalente a Q3 millones 339 mil, cifra inferior en 20 por ciento (Q844 mil) a lo que se obtuvo en el mismo período de 2008.

En ese plazo se recibieron Q4 millones 184 mil, según información de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT).

Otto Sun, gerente general del Dragón Luces Chinas, que importa producto de la República Popular de China, comentó que las ventas “se han mantenido”, y prevé cerrar con cifras iguales a las del año pasado, sin crecimiento, por el impacto de la debacle económica global.

Édgar Mendoza, gerente general de la empresa importadora Sky Fire, coincidió con Sun en que “las ventas se han comportado igual que en 2008”.

Ambos empresarios dijeron que los próximos días son los de mayor venta en el año.

Vendedores temporales que se instalan en la Avenida de las Américas (zona 14) y en la calle Montúfar (2a. avenida y 12 calle, zona 9), comparten aquella opinión, aunque se mostraron preocupados por la menor demanda de productos pirotécnicos.

“La venta ha sido baja, menor que el año pasado, y nos ha afectado también el clima, pero esperamos que mejore”, comentó Amparo Carranza, vendedora de fuegos artificiales, desde hace 20 años, en la Avenida de las Américas.

De igual manera, Fabiola Estrada, quien vende en la misma área, explicó que las personas ya no compran la misma cantidad que en años anteriores.

“Antes compraban entre Q300 y Q500, y ahora se llevan Q100. Y es que todo está caro y los sueldos siguen igual; las personas hacen más esfuerzo ahora para comprar”, indicó.

En las calles, las tradicionales estrellitas tienen un costo de Q1.50 las 10; un volcancito, Q1, cada uno; y las ametralladoras, desde Q3 hasta Q100, según la marca y longitud. Los grandes importadores traen novedades como luces de colores, que suben cerca de 10 o más metros y estallan, para formar diversas figuras, desde chispas doradas hasta árboles y serpientes de fuego.

Carolina Rojas, vendedora en la calle Montúfar, expresó que también se ha visto un cambio en el comportamiento de los compradores.

“Antes, para estas fechas, ya se veía a personas que iban rumbo a la playa y pasaban a comprar sus juegos antes de salir; ahora no lo han hecho”, recordó.

Olga Martínez, ubicada en los mismos locales, dijo que confía en que la mayoría de personas lleguen a “última hora”, como suele suceder cada año, y apostó por las novedades como los tanques que lanzan fuego y perros que caminan y lanzan chispas por la boca, para el repunte de las ventas.

Otros expendedores explicaron que antes vendían Q100 mil al mes, y ahora no han llegado ni al 20 por ciento de esa cifra.

Según un recorrido de Prensa Libre por varios puestos de venta en ambas áreas, se pudo notar que la inversión que los vendedores hacen es fuerte, y va desde el alquiler del área a la Municipalidad, el producto, extintores y demás medidas de seguridad, hasta la energía eléctrica, que tiene un costo promedio al mes de Q4 mil por puesto.

Mejorará “La mayoría de ventas son el 23 y 24 de diciembre. Esperamos que mejoren en los próximos días”, afirmó Carolina Rojas.

No es lo mismo “Las personas vienen a comprar, pero en menor cantidad. Las ventas han bajado bastante”, dijo Fabiola Estrada.

100 quetzales compran ahora, en promedio, las personas, y antes el promedio era de entre Q300 y Q500, según vendedores consultados.

125 quetzales es el precio más bajo de las luces que estallan en el cielo, y el máximo es de casi Q3 mil.

Seguridad Los vendedores están obligados a tener medidas de seguridad como extintores, arena y agua, además de rótulos y panfletos de prevención.