El razonamiento inicial le llevó a pensar que casi sin excepción la mayoría de padres les preguntan a sus hijos qué es lo que quieren ser cuando lleguen a la edad adulta.
“Uno de padre siempre se pregunta si los niños, en realidad, tienen o no las habilidades necesarias para triunfar, porque en el colegio les enseñan matemáticas, ciencias y estadística, pero no les enseñan las habilidades emprendedoras que son las que realmente llevan al éxito a una persona”, afirma Soto.
Entonces, la ejecutiva se propuso trabajar en un proyecto que permitiera a los niños desde la más tierna edad saber qué querían hacer en la vida y empezar a trabajar para alcanzar sus objetivos, para que no tuvieran que llegar a los 20 años para empezar a pensar lo que esperaban de la vida.
Así nació el proyecto que bautizó como Factor E, por medio del cual, a través de juegos, cantos, bailes y videos, se despiertan a temprana edad competencias tan fundamentales para la vida como autoconfianza, responsabilidad, creatividad, cumplimiento de metas, sociabilidad, y de manera especial, una actitud para convertirse en emprendedores.
Según Soto, lo especial del programa es que, una vez desarrolladas, estas competencias puedan ser aprovechadas durante la infancia, así como en las etapas sucesivas de la formación, y posteriormente a lo largo de la trayectoria personal y profesional.
Los cuatro objetivos que persigue el taller son: que los niños alcancen sus sueños, descubran aficiones para saber qué es lo que quieren hacer en el futuro, hacer funcionar un negocio a través del juego y desarrollar la habilidad de tener metas, dice Soto.
Los talleres, cuyo nuevo ciclo empieza en septiembre, tienen una duración de cinco semanas, de cuatro horas cada día, y en ellos los niños reciben 20% de teoría y 80% de actividades prácticas. El último día se hace una feria en donde los infantes exponen los proyectos elegidos.
En el mediano y largo plazos, Soto se impuso la meta de ampliar su programa hacia lo interno de colegios y escuelas. “Me gustaría que fuera un proyecto interno del sector educativo dentro de los cursos normales, que se diera como un programa de crecimiento, y que los chicos salieran con ese factor diferencial para competir con mayores posibilidades de éxito en la vida”, afirma Soto.
Más información en el sitio: www.factore.com.gt