Resulta que un año, llegado diciembre, Schrei se tomó un período muy largo de vacaciones y decidió aprovecharlo para preparar galletas.
La promesa era fabricar 24 tipos de ellas, uno por cada día de adviento, pero Schrei solo logró hornear 18 y se juntó con alrededor de mil 500 galletas. Entonces se dio a la tarea de regalarlas a sus amigos, de los que recibió numerosos elogios.
Cansado de su trabajo en una empresa multinacional, Schrei decidió empezar la aventura de Wunderkeks. Tres años atrás, el negocio empezó en la cocina de la casa de su madre.
Poco a poco fue tomando auge por medio de pequeños pedidos para eventos, hasta que la demanda aumentó. Simultáneamente, por ese tiempo se dio la oportunidad de incursionar en una de las cadenas de supermercados del país.
Sin embargo, después de unos meses de interacción, Schrei llegó a la conclusión de que la venta en las góndolas de supermercados no era el canal correcto para sus brownies, galletas, cupcakes, pasteles, turrones y otros postres que salían de su cocina.
Sin embargo, aunque la experiencia llegó casi a significar un fracaso, sirvió para darse cuenta de que sus productos gustaban.
“Nos dimos cuenta de que la gente pedía una caja de brownies y estaba obligado a terminarla completamente, y pensamos que si a alguien se le antojaba un pie de limón, por ejemplo, pudiera degustarlo en un ambiente adecuado”, dice el emprendedor.
Después de abrir en su casa la primera tienda, el joven empresario logró una alianza estratégica con la empresa KitchenAid —distribuidora de enseres domésticos como refrigeradores, estufas, batidoras, licuadoras, tostadores y procesadores de alimentos—, que le apoyó en la organización del Wunderkeks Charity Bake Sale, un evento que dona las ventas del día a una obra de solidaridad social.
Posteriormente se desocupó un espacio contiguo a KitchenAid, en paseo Cayalá, y Schrei decidió abrir una sala de ventas que se convirtió también en una tienda de café.
Además de la innovación en vender postres de temporada, como el pie de calabaza en octubre, las galletas de jengibre, en Navidad, o los chocobananos “caqueros”, en marzo —bautizados así por la alta calidad del chocolate que recubría a la fruta—, Wunderkeks busca ofrecer lo mejor en calidad.
La firma posee dos locales y abrirá uno más. Schrei tendrá pocos puntos de venta, para mantener la calidad.
