No importa si hablamos de las innovaciones introducidas en su tiempo por Mozart y Beethoven, o de los más recientes grupos de rock y pop. Hay demasiados —incluidos quienes se consideran músicos— que no pueden entender los caminos del arte ni pueden reconocer el legado de sus predecesores y mentores.
Lo que Varèse fue capaz de imaginar y realizar, como auténtico visionario y como auténtico músico, constituye una de las bases de la música electroacústica y electrónica, así como de las expresiones estéticas de nuestro tiempo. Esa imaginación y esa realización le han permitido ostentar el lugar que posee en la creación de los modelos musicales actuales, a pesar de que su obra sobreviviente apenas alcanza unas tres horas de duración en total.
Esto nos remite a lo que se hace en Guatemala. Qué mejor, en su quinta edición consecutiva, que mencionar la labor de Andrés Castaño y la Semana de Música Avanzada. Este año contaremos con un salón dedicado a la música de algunos que hemos hecho, entre otras cosas, la electroacústica de este país: Joaquín Orellana, Enrique Anleu, los hermanos David e Igor de Gandarias, Renato Maselli y quien firma estas líneas. Es de estar pendientes, para poder aprovechar los recitales, los talleres, las conferencias y las exposiciones que, nuevamente nos propone la SMA 2015. A cinco años de su lanzamiento, y cinco décadas de la desaparición de Varèse se antoja propicia la coincidencia.
presto_non_troppo@yahoo.com