La primera parte esencialmente fue un homenaje a Pixinguinha, destacado compositor de “choros”, un género brasileño de música popular que puso en evidencia la amplia destreza instrumental de Aj’keem, aunque un mejor juego de matices y sutilezas hubiera sido bienvenido.
El cuarteto contó con varios invitados, Gabriela Corleto, Álvaro Reyes y Mónica Sarmientos, para completar el programa con estándares de Piazzolla, Ariel Ramírez y Chick Corea, así como piezas de los guatemaltecos Fernando López, “Jechu” Gudiel y Alex Job Sis. Un momento inesperado y de buen contraste lo constituyó la intervención de Diego Calderón en el sitar y Emanuel Pineda en la tabla, instrumentos hindúes poco difundidos en Guatemala. En suma, un repertorio diverso y lleno de simpatía, que no dejó sentir las dos horas que duró el recital. Sobre eso, un público que desbordó el aforo del local, como alentador inicio de año para las actividades del CCE.
Ahora, a Aj’keem le toca asumir sus posibilidades. Una propuesta que podría rebasar lo convencional y lo aceptado, para entrar a lo arriesgado. Un esfuerzo que podría sobrepasar el momento y afianzarse en la continuidad. Un enclave para nueva e inusitada música nacional. Una joya, todavía por brillar, que a base de pulimento da para mucho. Felicitaciones, amigos. De veras fue un gozo escucharlos.
presto_non_troppo@yahoo.com