En el camposanto de la cabecera de Huehuetenango, hubo movimiento de personas, ya que algunas se dirigían a dejar flores en las tumbas de sus parientes fallecidos y otras llegaban a ofrecer sus servicios de pintura, o de chapeo.
La vecina Floridalma Méndez se quejó de que compró el manojo de crisantemos a Q30, cuando en otro tiempo pagaba Q15.
El comisario Raúl Aldana, jefe de la Policía Nacional Civil en Huehuetenango, informó que fueron suspendidos los descansos al personal, y se concentró en operativos, puestos de control en carreteras, áreas comerciales y los distintos cementerios.
El jefe policial puntualizó que buscan garantizar la tranquilidad durante estas fiestas, por lo que han coordinado con las autoridades de la Quinta Brigada de Infantería del Ejército, para efectuar patrullajes combinados por las calles de la cabecera.
El mercado de Rabinal, Baja Verapaz, fue visitado por muchas familias con el propósito de comprar flores, pero estas estaban muy caras, y más las procedentes de otros lugares como San Juan Sacatepéquez, Guatemala.
Rosa Ajualip, vecina de Cubulco, indicó que visita el mercado de Rabinal porque hay más variedad de flores.
Poca venta
La vendedora de flores María de Alvarado dijo que a las siete horas llegó a su puesto, y al mediodía no había vendido casi nada, pero que esperaba que por la tarde mejorara la situación.
Gustavo Pérez, guardia de seguridad del cementerio de Tiquisate, Escuintla, indicó que desde ayer comenzaron a llegar los pobladores con ramos de flores, coronas y otros adornos.
Agregó que para los días 1 y 2 de noviembre se espera la visita de unos siete mil vecinos.
