Los reportes de la policía indican que a las 20.25 horas del lunes, en la oficina de atención ciudadana de la subestación de San José Pinula, se presentó una educadora de la casa y declaró que a las 1 horas del mismo día desaparecieron nueve menores.
Las desaparecidas son nueve mujeres de entre 14 y 16 años, de quienes las autoridades de la casa hogar desconocen el paradero.
Esta denuncia se suma a las 31 desapariciones de hace dos semanas reportadas también por la institución de resguardo estatal.
La casa hogar tiene resguardados a 748 menores, aunque su capacidad es de 400 niños y adolescentes.
Delincuentes al acecho
En abril de este año Prensa Libre publicó un reportaje sobre el Hogar Virgen de la Asunción, en el que fue revelado que ese lugar estatal creado para brindar protección a niños y adolescentes, estaba siendo aprovechado por sujetos que se dedican a contactar niños y adolescentes para someterlos a alguna modalidad de trata de personas.
Las víctimas son involucradas, por lo regular, a explotación sexual y reclutamiento en pandillas o para el crimen organizado.
La Procuraduría de Derechos Humanos (PDH) aseguró que aunque el fenómeno no es nuevo, se ha incrementado, por las debilidades institucionales, principalmente por la escasez de personal profesional para atender a los niños, y por la sobrepoblación en los hogares.
El problema también se ha detectado en centros privados, aunque por las medidas y alertas implementadas, los encargados han podido prevenirlo.
El primer escape
“La primera vez que nos escapamos fue de noche. Recuerdo que me llevaron a una discoteca. Los conocidos de la persona con que escape me pidieron que entregara una bolsa a unos hombres que abordaban un vehículo frente al lugar. No sé qué era, solo la llevé. Mi compañera me dijo que era droga. La verdad, solo cumplí la orden y regresé”, fue el testimonio de una menor que habló con Prensa Libre y confesó lo que ahí ocurre.
Aunque dijo estar agradecida por el apoyo de la casa hogar, contó que dos veces se escapó, convencida por sus compañeras, para trabajar en un comedor.
“La verdad, solo buscaba huir de mis problemas”, refirió mientras jugaba con una pulsera que llevaba en la muñeca.
