Lorena Gobern, jefa del Departamento de Epidemiología del Ministerio de Salud, indicó en entrevista con Guatevisión que analizan las acciones que implementarán para el abordaje del covid-19, mismas que se darán a conocer por medio de un acuerdo ministerial esta semana.
¿Qué pasará?
Si bien las muertes por covid-19 se redujeron —de 100 mil en enero del 2021 a 3 mil 500 en abril pasado—, el virus ya no tiene el mismo nivel de peligrosidad que al inicio, en la actualidad hay más conocimiento de la enfermedad como mejores formas de diagnosticarla y tratarla, y hay vacunas efectivas que minimizan el riesgo de infección, complicación, muerte y secuelas, dice la infectóloga Nancy Sandoval, de la Asociación Guatemalteca de Enfermedades Infecciosas (AGEI).
Como otros virus, la transmisión del covid-19 continuará y lo que pasará ahora es que la enfermedad se sumará a la lista de padecimientos que son prevenibles por las vacunas.
Ante este panorama, ¿qué rumbo debe tomar Guatemala frente a la enfermedad? Sandoval indica que el SARS-CoV-2 ha tenido una transición a fase endémica distinta en cada país y los guatemaltecos tendrán que convivir con el virus como ha sucedido con otros coronavirus humanos que ocasionan resfriados comunes.
La clave, dice, es que las autoridades tengan presente que se necesitan vacunas actualizadas gratuitas y accesibles, también tratamientos antivirales orales que funcionan.
Pese a que ya no es una emergencia, pueden llegar a registrarse picos o brotes epidémicos de covid-19 durante el invierno como lo hace la gripe estacional, y esto impactar el sistema de salud y la productividad del país.
De esa cuenta es que Sandoval menciona como necesaria la educación en salud preventiva, que es una estrategia esencial para controlar cualquier infección. Además de las medidas no farmacológicas para evitar contagios, como preferir espacios ventilados o lugares al aire libre, evitar aglomeraciones, el distanciamiento físico y la correcta higiene de las manos.
¿Seguirá el semáforo epidemiológico?
El 27 de julio del 2020 comenzó a funcionar el semáforo epidemiológico para conocer sobre la situación del covid-19 en cada localidad. Con la información de la cantidad de contagios y las pruebas realizadas, así como los niveles de positividad de un período de 15 días, se ha establecido el nivel de alerta en cada municipio.
Ahora que la enfermedad ya no es una emergencia sanitaria ¿qué debe pasar con esta herramienta?
Sandoval indica que dada la baja cantidad de casos que hay en el país puede ser una medida que se sustituya y que “seguramente” el covid-19 se incluirá en el sistema de vigilancia epidemiológica de las Infecciones Respiratorias Agudas que ya se tiene para otros virus.
Por su parte el Ministerio indica que continuará elaborando el semáforo, pero este será para el monitoreo epidemiológico interno, tal como se hace la vigilancia con el resto de patologías.
La infectóloga es del criterio que la información siga abierta a la población para conocer los potenciales brotes que puedan surgir del virus.
A criterio de Sandoval el tablero de alertas fue una medida que tuvo “muchas deficiencias”, pues estuvo condicionado por el bajo acceso de la población a las pruebas de covid-19, además de que había cierto margen de error en los test de antígeno, principalmente en personas asintomáticas, además, que el aislamiento de los casos positivos no siempre se cumplió. Esto impidió que el semáforo mostrara una radiografía real del comportamiento del virus en cada municipio.
Tampoco ayudó que la aplicación de las medidas epidemiológicas se trasladase a las municipalidades, que en lugar de establecerlas como indica el semáforo, las implementaron a conveniencia, conforme las actividades económicas y comerciales locales.
Vacunación y pruebas
La vacunación contra el covid-19 ha sido la principal herramienta para controlar la pandemia, al evitar no sólo infección, sino las complicaciones y la muerte, pero también la no aparición de secuelas.
En Guatemala el Plan de Vacunación quedó estancado, solo el 47.9% tiene el esquema completo, según datos oficiales.
Pero esta es una estrategia que no debe dejarse de lado, Sandoval indica que el país debería contar con las vacunas actualizadas de ARNm bivalentes contra ómicron, que es la variante que circula en la actualidad en los países.
El Ministerio de Salud debe asegurar el abastecimiento y acceso equitativo y gratuito a toda la población, y salir de los segmentos urbanos, en donde la gente ya está vacunada.
Se debe asegurar el acceso a las dosis de refuerzo actualizadas sobre todo a los pacientes que por edad y comorbilidad son más vulnerables y que aún no han sido alcanzados con vacunas, dice.
Mientras que el Ministerio de Salud señala que continuará con los lineamientos vigentes de vacunación para prevenir el covid-19, y que conforme salgan nuevos lineamientos por parte de la OMS Guatemala se apegará a los mismos. Además que seguirá haciendo las pruebas para monitorear el comportamiento del virus.
Es importante establecer si el covid-19 es una enfermedad estacional, pues a criterio de la infectóloga esto permitirá implementar intervenciones efectivas como la vacunación anual, así la disposición de pruebas principalmente en época de mayor circulación del virus.
Atención hospitalaria
Durante la pandemia el Ministerio de Salud habilitó seis hospitales de campaña para atender a los pacientes con covi-19, espacios que han dejado de funcionar, pero para los casos que puedan detectarse a futuro la médico señala que es ideal que cada centro asistencial de la red nacional disponga de áreas de aislamiento respiratorio en servicios de terapia intensiva equipados, y con personal interdisciplinario capacitado para ventilación mecánica no invasiva, alto flujo o ventilación mecánica invasiva.
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Lecciones que deja la pandemia
Luego de mil 190 días que el mundo estuvo bajo la emergencia sanitaria por el covid-19, hay varias lecciones que se deben aprender. Sandoval indica que es primordial que las decisiones se tomen en función de preservar la salud de la población con base en datos epidemiológicos eficientes y oportunos.
Robustecer al sistema de salud pública es otra de las prioridades, pues la pandemia dejó al descubierto el abandonado por décadas de los servicios, la falta de equipo y de escasez de personal para atender a la población.
“Hay falta de recurso humano en el sistema sanitario. No sólo se trata de contrataciones temporales sin prestaciones sino de trato digno y de condiciones laborales y de bioseguridad que motiven a la incorporación de personal al sistema público”, señala.
En la pandemia también se mostró las falencias con respecto a la comunicación efectiva hacia la población, de forma clara, transparente, con pertinencia cultural en salud y sin distinción.
“Esperamos que las nuevas autoridades entiendan esto y que contemplen en sus planes de trabajo la necesidad de apoyar y fortalecer el sistema de salud pública en lugar de abordar superficialmente o mirar hacia otro lado, pues el riesgo de una nueva pandemia está latente”, dice Sandoval.