Será este hogar el protagonsita de Adopta a un abuelito, proyecto que convoca a las personas de buen corazón para que “adopten” a un ancianito de este hogar, llevándole ayuda económica, víveres y, sobre todo, compañía.
La ayuda se llevará el 14 de diciembre, durante una convivencia en la que participarán los voluntarios.
Un día en el asilo
El reloj marcó las 12.30 del mediodía. El timbre sonó. Esa es la alerta que marca el momento del almuerzo. Algunos abuelitos llegan a la mesa por sí solos, otros se movilizan en silla de ruedas o andador. Cada uno tiene su espacio alrededor de la mesa, nadie puede ocupar el lugar de otro. Los hombres se sientan de un lado y las mujeres del otro.
Coditos, salchichas y dos tortillas, son el menú del día. Al compás de la marimba, los abuelitos degustan los alimentos.
Luego de una hora, algunos se levantan de la mesa sin olvidar el “¡Buen provecho!”. Otros enseñan el plato para demostrar que han terminado toda la comida. Mientras la música continúa, algunas abuelitas aprovechan para bailar mientras ayudan a recoger los platos de la mesa.
La televisión se convierte en el distractor para todos. Eso sí, los hombres ven su programa en un salón, mientras que las mujeres prefieren ver la telenovela en otro espacio.
Pasa el tiempo y las abuelitas se preguntan constantemente la hora. A las 17 horas nuevamente hay movimiento en el lugar. Es momento de la cena. Una vez más, todos se congregan en el comedor.
“Desayunamos, refaccionamos, tenemos almuerzo, y una deliciosa cena”, cuenta con alegría una de las ancianitas. Así es un día para los abuelitos que viven en el asilo San José.
Sobre el asilo
Fue en 1994 cuando Meri de Bonilla decidió fundar un lugar para que las personas de la tercera edad pudieran ser cuidadas. “Dios le puso en su corazón el deseo de ayudar a los ancianitos desamparados”, comentó Mayra Solórzano (tesorera de la junta directiva).
Desde ese año la 3a. calle 1-42, zona 4, colonia Venecia I, de Villa Nueva, recibe abuelitos con necesidad; en la actualidad dan techo a 26 adultos de la tercera edad que padecen diabetes, Parkinson y Alzheimer. “De ellos, solo cuatro tienen documento de identificación; los demás nos dijeron un nombre y así los llamamos. Algunos fueron abandonados en el hospital de Amatitlán, otros son referidos por la Municipalidad de Villa Nueva; otros han venido porque escucharon del lugar”, asegura Solórzano.
El asilo San José ha salido adelante gracias a donaciones, debido a que no cuentan con el sostenimiento de alguna entidad privada o del gobierno.
La administración del lugar está a cargo de una junta directiva. Además de Solórzano, está Miriam Argueta (presidenta), Gilda Pinto de Portillo (vicepresidenta), Mayra Solórzano (tesorera), Fernando Paíz (secretario) y Anabella de Cleaves (vocal I).
Además, el asilo cuenta con cinco colaboradores asalariados. Por tal razón la junta directiva realiza distintas actividades para recaudar fondos y así poder cubrir las necesidades de cada uno de sus residentes.
Los Bomberos Voluntarios han apoyado al momento que alguno de los ancianitos se enferma. “Hay veces que ellos no tienen para la gasolina y los apoyamos con algo para que trasladen al abuelito al hospital”, dijo Solórzano.
La Funeraria López también brinda ayuda al asilo. Ellos se hacen cargo de todos los trámites legales y apoyan con los gastos fúnebres, cuando algún abuelito fallece.
¿Cómo ayudar?
Alimentos
- Huevos, aceite, sopas, frijol, fideos, leche, cereal, atoles (de haba o trigo), avena, azúcar, queso y crema, harina para tortillas.
- Pollo, carne de res, salchichas, jamón.
Artículos de higiene personal
- Pasta de dientes, cepillos, jabón de baño, papel higiénico, pañales.
Artículo de limpieza
- Detergente, suavizante, jabón para lavar platos, desinfectante de piso, cloro.
Medicamentos
- Valpakine (50mg), Lisinopril (5mg y 10mg), Fenitoina sódica (100mg), Excelón.
- Alcohol, agua oxigenada, algodón, gasas, hisopos.