Otros lo explican como una consecuencia de que los carteles mexicanos están traficando más fentanilo, metanfetaminas y marihuana hacia el mercado estadounidense, a precios más bajos que la cocaína.
“Hay una buena razón por la que las incautaciones de cocaína bajaron —en el 2020— y tiene que ver más con los carteles mexicanos que con la producción de la droga en Colombia”, explica Larry Holifield, quien fue director regional de la DEA para México y Centroamérica a finales de los años ochenta. “Hay una mayor cantidad de cocaína siendo traficada hacia Europa más que antes. Es un asunto de oferta y demanda”, añade.
Holifield afirma que los carteles mexicanos dominan el mercado en EE. UU. y tomaron una decisión de negocios, en particular el de Sinaloa, que es mejor mover productos que pueden fabricar ellos mismos en México, como el fentanilo —fuerte opioide sintético similar a la morfina, pero entre 50 y cien veces más potente, y que es mezclado con otras drogas— y las metanfetaminas —estimulante poderoso y sumamente adictivo que afecta el sistema nervioso central—.
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Las cifras generales muestran un incremento en la incautación de esas drogas y marihuana, lo que supone un aumento en su trasiego hacia EE. UU. Los carteles mexicanos han creado tal demanda por las metanfetaminas y fentanilo en Estados Unidos que el apetito por la cocaína se ha reducido, y pueden inundar el mercado a precios baratísimos, porque lo controlan, según el exjefe de la DEA para la región.
“Se han alineado con los carteles en China, y reciben los precursores que necesitan —en México— para producir fentanilo en cantidades masivas”, señala Holifield. “Esa es la manera de dejar a los colombianos afuera del negocio. ¿Para qué les van a pagar US$4 mil por kilo, cuando pueden producir las otras drogas por casi nada?”. Como corolario, agrega que los traficantes mexicanos tienen a sujetos como el general retirado Salvador Cienfuegos —exsecretario de Defensa de Enrique Peña Nieto del 2012 al 2018— y Genaro García Luna —exsecretario de Seguridad de Felipe Calderón del 2006 al 2012—, a quienes EE. UU. acusa de cargos relacionados con el narcotráfico.
El caso de México sorprende, porque hasta septiembre había incautado 20 mil kilos de cocaína, en plena pandemia, y en el mismo lapso en el 2019 —sin pandemia— incautó 13 mil 766 kilos. En esos meses del 2019, Guatemala —país mucho más pequeño y con menos recursos— había incautado 13 mil 500 kilos.
En septiembre, el presidente estadounidense Donald Trump afirmó que por México pasa el 90% de la cocaína que llega a EE. UU. Es lo que ha dicho el Departamento de Estado de Guatemala desde hace años. De ser así, por ambos países pasaron 42 toneladas de cocaína entre enero y septiembre de este año, el 90% de las 46 que autoridades estadounidenses incautaron en ese lapso.
Análisis: México restaría fuerza al combate del narcotráfico
Michael Vigil, quien trabajó como agente encubierto de la DEA en México entre finales de los años ochenta y principios de los noventa, dice que el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador empleó a miles de soldados y fuerzas de seguridad para frenar la migración indocumentada, cediendo ante la presión de Donald Trump, y así desvió el control sobre el narcotráfico.
El académico mexicano David Martínez-Amador coincide, pero también afirma que México carece de una estrategia clara y concisa contra el narcotráfico. “En aras de alejarse del esquema represivo, no planteó un abordaje alterno ni integral”, explica. “Tampoco tiene los instrumentos, en el sentido que la colusión del ejército con el crimen organizado, y de la Policía Federal —que intentó eliminar— se agrava con la falta de experiencia y capacidades de la Guardia Nacional”.