Las estudiantes fueron becadas por la Asociación Corazón del Agua, quien absorbió el gasto de US$500 dólares mensuales por cada una –unos Q3 mil 750 – y les proporcionó hospedaje y alimentación.
La segunda promoción, con 12 estudiantes, comenzó la carrera el segundo semestre de este año.
La carrera técnica incluye estudios teóricos y prácticos, en esta etapa, las parteras regresan a sus comunidades para aprender y colaborar con las comadronas de esas áreas.
“Puedo ayudar”
Catarina Gregorio, de 25 años, es una de las graduandas de la primera promoción de parteras profesionales, es originaria de Santa Cruz Barillas, Huehuetenango, a 17 horas de la capital, según su propia referencia.
Para Gregorio, lo más importante de culminar su carrera es que podrá contribuir con la reducción de las muertes maternas, pues habla el idioma q´anjob´al, al igual que la mayoría de mujeres del departamento, quienes no acuden a un hospital o centro de salud porque “no les entienden ni ellas entienden el español”.
La partera afirma que lo que más le gusta de su profesión es la mezcla entre la medicina tradicional que se refleja en el conocimiento de las comadronas, y la occidental.
Gabriela Meléndez, coordinadora académica de la carrera, afirmó que entre el 50 y 60 por ciento de los partos del país ocurren en las viviendas y los conocimientos que adquieren las parteras permitirá hacer que estos sean atendidos de una forma más segura.