Además, se reportaron 9 fallecimientos ocurridos en fechas anteriores y ninguno en las últimas 24 horas.
Los casos activos alcanzaron 58 mil 500, los casos acumulados 947 mil 472, los casos recuperados 870 mil 257 y los casos fallecidos 18 mil 715.
El país atraviesa por un incremento vertiginoso de contagios de covid-19 y el gobierno ha impuesto el uso de la mascarilla obligatoriamente en todo el territorio nacional.
De acuerdo con los expertos, las variantes y subvariantes han influido directamente en el aumento de contagios, ya que estas suelen ser más contagiosas.
El tablero de alertas sanitarias actualizado el sábado por la cartera de Salud determinó que 66 de los 340 municipios que tiene Guatemala tienen más contagios por lo que fueron declarados en una alerta roja (máxima) para las próximas dos semanas.
Anteriormente, solo 10 estaban en la alerta roja, pero la presencia de la variante ómicron aumentó los casos en las últimas semanas.
De acuerdo con la cartera de Salud, de los 127 municipios que tenían una alerta amarilla hace 15 días, ahora solo son 50 con esa medida, mientras que los de naranja subieron a 224 y antes eran 203.
Sin embargo, a pesar de las imposiciones gubernamentales, un recorrido por Prensa Libre y Noticiero Guatevisión por localidades como Antigua Guatemala, se observó que al menos la mitad de las personas no portaban mascarilla o la llevaban mal puesta.
Relajamiento
Para la infectóloga Iris Cazali, el relajamiento de las medidas en la población se debe a que ya no creen que el coronavirus pueda ser tan grave, hasta que la persona o un pariente cercano se enferma.
De tal manera que habrá más conciencia y preocupación a medida que, lamentablemente, la gente se vaya enfermando. Esto hará que, a medida que vayan habiendo más casos, los familiares de los pacientes se cuidarán más.
Cazali enfatizó en que aunque se cree que la enfermedad ahora es menos leve, eso no es verdad, aunque sí es menos severa; sin embargo, basta con preguntarle a una persona que haya estado enferma recientemente sobre cómo se siente para darse cuenta de la realidad.
Para Alfredo Moreno, coordinador de la comisión Covid-19, del Colegio de Médicos y Cirujanos de Guatemala, la gente se ha relajado porque escucha que las cepas son altamente contagiosas pero no son tan virulentas; sin embargo, la falta de medidas se torna en una irresponsabilidad ciudadana.
Para el galeno, la gente debe saber que “esto no es una ruleta rusa y no se puede estar jugando con la vida”.
Qué hacer
Ante este incremento de casos, pero también de irresponsabilidad ciudadana, Cazali dice que poniendo el ejemplo podemos hacer mucho. Lejos de estar criticando, añade, debemos hablar, hacer conciencia, y quizá hasta tener una caja de mascarillas para ofrecerles a las personas que no las usan.
Agrega que las mascarillas deben utilizarse sin excepción y por un tiempo indefinido, así como reforzar las recomendaciones de siempre: vacunarse, evitar las aglomeraciones, distanciamiento y cumplir con otras medidas de bioseguridad.
A criterio de la infectóloga, también las empresas deben pensar en la posibilidad de retornar por completo al trabajo en casa.
Moreno, en tanto, considera necesario trabajar con muchos actores para lograr una campaña efectiva.
Dice que tanto medios de comunicación, líderes, iglesias u otros grupos locales de credibilidad deben volcarse a apoyar para que puedan educar a la población sobre la importancia de las medidas de bioseguridad.
“La gente se relaja, pero todos los organismos son diferentes y hemos visto morir hasta a médicos”, advierte.
Ante esta inminente quinta ola de contagios, “nadie estamos libre y no hay que bajar la guardia”, agrega.
El peligro de las subvariantes
El Ministerio de Salud reveló el 29 de junio la presencia en el país de BA.4 y BA.5, subvariantes de la variante ómicron, del coronavirus.
De acuerdo con los expertos, aunque las subvariantes pueden ser mucho más infecciosas, sus síntomas pueden ser menos graves.
Sin embargo, estas variantes de ómicron “son más resistentes y capaces de esquivar la inmunidad”, y de acuerdo con los estudios efectuados, BA.4 y BA.5 son muy distintas a la “versión original”, por lo que una infección ocurrida con anterioridad no podría ofrecer mucha protección para estas.
Estas subvariantes se detectaron por primera vez en enero y febrero de 2022 en Sudáfrica y han causado preocupación por tener una alta capacidad de evasión a la protección inmunitaria que se obtiene por una infección previa o por vacunación, por lo que son más contagiosas.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, al día de hoy estas variantes representa un alto porcentaje de los casos de coronavirus que se dan diariamente en decenas de países.