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¿Cómo avanza la ejecución del préstamo Crecer Sano para luchar contra la desnutrición crónica?

El 31 de enero de 2024 termina el plazo de desembolsos, el próximo gobierno deberá hacer negociar una ampliación con el Banco Mundial.

La ejecución del préstamo Crecer Sano no avanza a pesar de los elevados índices de este mal en el país. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL).

La ejecución del préstamo Crecer Sano no avanza a pesar de los elevados índices de este mal en el país. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL).

En febrero de 2019 el Congreso de la República aprobó el convenio de préstamo Crecer Sano, con el Banco Interamericano de Reconstrucción y Fomento (BIRF), del Banco Mundial, cuyo objetivo era combatir la desnutrición crónica en los primeros mil días de vida de un ser humano.

La aprobación estuvo precedida de una fuerte presión ciudadana, puesto que los legisladores no se ponían de acuerdo y tuvieron que pasar meses de discusión, para, finalmente avalar el endeudamiento por US$100 millones, cuyo plazo de desembolsos, según el convenio, es de cinco años.

Dicho plazo vence el próximo 31 de enero, sin embargo, a la fecha, la ejecución del préstamo para combatir la desnutrición crónica, principalmente en lo relacionado a infraestructura, avanza de manera lenta, mientras en el país esta condición en los menores de edad prevalece.

Las estadísticas más recientes —Encuesta Nacional de Salud Materno-Infantil 2015— que se manejaban antes de la aprobación del préstamo señalaban que uno de cada dos menores de cinco años padece de desnutrición crónica —el 45.6% a nivel nacional—.

El indicador era más dramático entre los niños indígenas donde el porcentaje llega al 61.2%, con municipios que rozan el 80%, como San Mateo Ixtatán, San Juan Atitán y San Rafael la Independencia, los tres de Huehuetenango.

A la fecha no hay una nueva medición; sin embargo, estos números que reflejaban la urgencia de atender a este sector de la población no hizo que estos recursos de programa Crecer Sano se agilizaran.

Cifras oficiales indican que en cuatro años y medio desde que se comenzó a implementar el plan, del total de recursos, unos Q784.5 millones, se desembolsaron hasta el 30 de junio, el 26.73%, el equivalente a Q209.7 millones, esto incluye una renegociación que se hizo en 2020 con el Banco Mundial (BM) por unos Q157 millones, que fueron redireccionados para la pandemia.

El proyecto Crecer Sano tiene como fin reducir la desnutrición crónica —deficiencia de talla y peso—, con énfasis en los primeros 24 meses de vida de los infantes. Se focaliza en 139 municipios de siete departamentos: Huehuetenango, Quiché, Alta Verapaz, Chiquimula, Sololá, Totonicapán y San Marcos.

El proyecto fue planificado desde el 2016 y se basó en las experiencias exitosas de países como Perú, Vietnam e Indonesia que lograron reducir significativamente la desnutrición crónica de sus niños con programas similares. En principio, el plan se creó para apoyar la estrategia de combate a la desnutrición del gobierno de Jimmy Morales.

Poca infraestructura

En los informes que se muestran en el portal Préstamos Externos del Ministerio de Finanzas (Minfin) se encuentra una infinidad de proyectos de estos tres años y medio que muestran cierto avance. Pero el componente que se considera clave, la construcción y remozamiento de infraestructura, muestra rezago. Un documento de la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Sesan) detalla que el préstamo destina US$14.6 millones —unos Q114 millones— para la renovación, rehabilitación y construcción de puestos de salud.

En 2020 se tenía programado remozar 40, pero la ejecución fue de 0%. En 2021, la meta fue hacer el remozamiento de 50, pero tampoco se ejecutaron recursos.

Fue hasta 2022, que se fijó el objetivo de remozar 81 puestos de salud. Al final del año, según los reportes del Minfin, se ejecutaron Q16.9 millones. El año pasado también se planteó la construcción de 67 puestos de salud nuevos y no hubo avance.

Para este año, según el reporte del referido portal web que se actualizada al término de cada mes, dice que hasta abril se habían ejecutado Q4.6 millones, el 12.89% del presupuesto vigente. Para la construcción de nueva infraestructura se había ejecutado cero, hasta el referido mes, de Q86 millones disponibles.

El Ministerio de Salud respondió por medio de su oficina de Comunicación que de los 81 puestos que se planificaron para ser remozados se han entregado 34, cinco más serán finalizados “en los próximos días” y 24 más “ya están en proceso”, y que en septiembre inician con los últimos 18. Todos se entregan con equipo médico y mobiliario.

En tanto dijo que, respecto a las construcciones nuevas, ya se trabajan 16 puestos de salud y están en proceso de recepción 11 terrenos para iniciar las obras “en las próximas semanas”. También se entregarán “completamente equipados”.

Poca capacidad

La analista Karin Slowing, exsecretaria General de Planificación, precisó que hay varias razones que pueden explicar la lenta ejecución de los recursos. Por ejemplo, el que en 2020 todo el sistema de salud se volcó para responder a la pandemia. Asimismo, el que los toques de queda pudieron impedir la movilidad de los equipos.

No obstante, también considera que la estructura del préstamo, que combinaba infraestructura sanitaria y otros componentes, no fue la mejor porque para implementarlo se requería destrezas y competencias muy diferentes entre los equipos técnicos y el Ministerio de Salud “no tiene personal entrenado para ese tipo de operaciones”.

La desnutrición crónica es la deficiencia de talla y peso respecto a la edad de un niño. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Slowing enfatiza en que el préstamo tiene un componente fuerte de infraestructura y que, por lo tanto, si este no avanza “el resto son acciones, aunque son valiosas, que no van a transformar” la realidad de la desnutrición crónica.

Lo que realmente podría cambiar algo en Guatemala es la construcción de infraestructura, lo demás no tiene impacto en un contexto donde no hay servicios”, explicó la analista.

El exministro de Finanzas Erick Coyoy consideró que la ejecución acumulada en los tres años y medio es muy baja lo que demuestra que “la nutrición claramente no es un tema prioritario para el Gobierno” ya que no ha sido ejecutado “a pesar de que ahí están los recursos disponibles”.

“Ahí influye la capacidad de ejecución de las entidades. Los recursos se quedan ociosos y aunque estén en la caja fiscal no pueden reorientarse para otro propósito”, explicó el exfuncionario.

Respuesta

Salud coincidió con que la pandemia fue una de las causas que retrasó “en gran medida” los procesos. No obstante, también explicó que todos los procedimientos de compra deben cumplir con requerimientos, tanto del Ministerio como del BM y estos “llevan su tiempo”.

La mitad de los menores de edad padecen de desnutrición crónica en Guatemala, principalmente en áreas indígenas donde al número llega a siete de cada 10 menores de cinco años. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Estos procesos incluyen consultas con la población para remozar o construir infraestructura, contar con la certeza legal del lugar donde se hace la inversión, dictámenes de Conred y Segeplan y los estudios de pre inversión a cargo de empresas privadas.

Por último, también citó limitaciones en la adjudicación de los proyectos puesto que ciertas empresas han declinado participar porque los lugres donde se deben hacer los trabajos están muy alejados y son de difícil acceso.

Asimismo, Salud aseguró que tienen el compromiso de “multiplicar esfuerzos para cumplir con los objetivos en el menor tiempo posible”, y destacó que hay avances en la adquisición de 59 vehículos y 797 motocicletas, y en la entrega de 18 mil filtros de agua para uso domiciliar.

También dio a conocer que ya se comenzó un proceso de negociación para extender la vigencia del convenio, pero que esperan avanzar sustancialmente con la ejecución y dejarla en 96%, de los Q241 millones asignados para este año.

Postura

El Banco Mundial, por su parte, reconoció que el proyecto Crecer Sano “ha enfrentado varias demoras”, pero afirmó que “la implementación del proyecto se ha acelerado significativamente desde 2022”.

Aunque la implementación de obras de infraestructura ha enfrentado los retrasos “la contratación de estas obras avanza a mejor ritmo, lo cual es una buena noticia para la reducción de la desnutrición crónica y el desarrollo del capital humano en Guatemala”, dijo a Prensa Libre, Marco Scuriatti, representante del BM en Guatemala.

Scuriatti confirmó que el Banco desarrolla “procesos internos para responder a la solicitud del Gobierno de Guatemala para extender el plazo de implementación del proyecto dos años más”.

 

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